martes. 23.04.2024

EN EL PP DE LANZAROTE TAMBIÉN HUELEN LA SANGRE

Los populares canarios son conscientes de que la caída del todopoderoso José Manuel Soria abre la puerta a un abanico de infinitas posibilidades políticas. Con la victoria de Asier Antona las cosas mejoran para algunos y empeoran notablemente para otros. Y mientras en Lanzarote a Astrid Pérez le van creciendo algunos enanos

Desde que en 1999 el ya ex todopoderoso José Manuel Soria se hizo con las riendas del Partido Popular (PP) en Canarias no se había ni oído ni leído una palabra más alta que otra dentro de la organización. Y si se había leído u oído el autor material de la palabra había pasado a mejor vida política. La lista es larga. Casi todos los congresos de los partidos suelen ser traumáticos, y aquel del 99 lo fue más que ninguno. El entonces alcalde de Las Palmas se enfrentó a los que mandaban, que no eran otros que el grupo que lideraba José Miguel Bravo de Laguna, con gente de Gran Canaria con mucho mando como María Eugenia Márquez, María Bernarda Barrios o Tomás Van de Walle, con gente de Lanzarote como el entonces presidente Rafael de León, o con gente sobre todo muy poderosa en Tenerife como Ignacio González (tanto el padre como el hijo)… Soria pudo con todos ellos, y sobre todo pudo con su candidato, un Antonio Luis Medina que se comió el marrón de enfrentarse al sunami que venía con bigote en ristre. Porque fue un auténtico sunami. Tenía el viento a favor, y sobre todo tenía ese halo que cubre sólo a los políticos que están tocados por una gracia oculta, esos políticos a los que se les ve pisando moqueta con firmeza para un largo periodo de tiempo. Luego todos, menos Mariano Rajoy, terminan saliendo de la moqueta.

Lo que pasó posteriormente es para escribir una novela negra, tremendamente negra, con un capítulo especial que habría que dedicar a la fulminante destitución de Guillermo Guigou como secretario general. Poca gente en Canarias sabe lo que pasó realmente en aquellos tensos y emocionantes momentos de la vida política del Archipiélago. Otro día, con algo más de tiempo, nos detendremos en esas sorprendentes caídas en desgracia de algunos, especialmente en la de Guigou, y en lo que realmente pasó con Ignacio González Santiago.

Lo que toca ahora es adelantar lo que puede suceder en la era postsoriana. Porque el PP no se ha visto en otra igual. Descartados los dos candidatos que no tenían ninguna posibilidad, Juan José Cardona y Enrique Hernández Bento, el duelo se centra entre Asier Antona y Cristina Tavío.

De entrada habría que decir que si el palmero no contara con tanto apoyo de lo que se conoce como el aparato del partido, ambos tendrían un perfil muy parecido y la cosa se habría inclinado rápidamente hacia la persona que viene de la isla más grande. Sin embargo, y a pesar de la ventaja inicial del actual presidente en funciones, ese apoyo nada disimulado de los que más mandan podría jugar en contra de los intereses de Antona.

Lo decimos porque este jueves se inician las votaciones en toda Canarias con un sistema de elección experimental que trata de imitar las primarias que han funcionado más o menos bien en formaciones como el Partido Socialista (PSOE). En una urna los militantes que estén al día en el pago de las cuotas podrán votar directamente por Asier o por Cristina, y ahí viene el riesgo. Porque si bien es cierto que no cuesta demasiado controlar el sentido del voto de los compromisarios, el de la militancia no lo es tanto, de ahí que las opciones de la tinerfeña aumenten con el nuevo sistema. Eso si alguien se hubiera molestado en estos años en afiliar a más gente dispuesta a pagar religiosamente su cuota y hubiera tenido algo de previsión pensando en que este momento podría llegar, cosa que no se hizo.

Dicen los que están haciendo estudios de campo que la cosa está igualada, que la paliza que les dio a todos el actual presidente en funciones es absolutamente irreal, entre otras cosas porque estaba sustentada en cuestiones lamentables como que en islas como Lanzarote le habían colado apoyos de gente que no pagaba las cuotas desde que Bravo de Laguna iba a la escuela y otros que ni siquiera pertenecían al partido. De hecho, y así lo adelantamos en este medio, la dirección del PP en Lanzarote se mostró especialmente sorprendida cuando se enteró de que entre los avalistas de Antona figuraban personas como Rita Martín o María José Costa, ambas fuera del partido desde hace años, y en el caso de la primera, que como se sabe llegó a lo más alto siendo incluso con Soria consejera de Turismo del Gobierno canario, habiendo anunciado que formaba parte de otras formaciones de corte nacionalista como el Centro Nacionalista Canario (CCN) del anteriormente mencionado Ignacio González o de la Nueva Canarias (NC) de Román Rodríguez. Curiosamente, todos los apoyos de Antona en la isla de los volcanes vienen del fondo de armario que tenía Soria en la Isla, de esas camisas de las que el líder caído tiraba siempre para intentar tocar las narices a quien jamás fue santo de su devoción, la presidenta Astrid Pérez. Pero eso lo analizamos más adelante.

Lo que es evidente es que el PP canario tiene una oportunidad de oro de cambiar todo lo malo que dejó la larga etapa de gobierno de José Manuel Soria, manteniendo también las cosas buenas, que seguro que las hubo. Mucho nos tememos, como suele suceder en estos casos y en casi todos los partidos, que el congreso termine con un partido dividido, del que seguro que saldrán reforzados los vencedores y del que se bajarán muchos de los vencidos. Es ley de vida política.

Dicho lo malo, toca algo bueno. Lo bueno es que el PP se enfrenta a unas votaciones interesantes desde cualquier punto de vista. Que gane quien gane todos deberían aceptarlo y ponerse a trabajar de forma inmediata. Aunque Antona confesó en el programa "A buena hora" de Crónicas Radio-COPE Lanzarote que no existía ningún contacto con Coalición Canaria (CC) para formalizar su entrada al Gobierno de Fernando Clavijo tras el congreso, lo cierto es que el asunto de la gobernabilidad del Archipiélago tendrá que ser el primer asunto que tendrá sobre la mesa el nuevo líder de los populares. Y lo será.

El PP de Lanzarote

Lo del PP de Lanzarote es harina de otro costal. En teoría nadie duda de que Astrid Pérez tiene el control sobre el presente y sobre el futuro de la organización. Eso no quiere decir que no tenga también contestación interna, incluso en círculos muy próximos. Es más, si nosotros fuéramos la presidenta, que no lo somos, tendríamos cuidado y nos vigilaríamos un poco más la espalda. Las apetencias de alguno de los que tiene muy cerca son tan grandes como las que puede tener ella misma, o como las que tuvo en su momento cuando llegó joven y casi inocente a liderar un partido que era testimonial en un lugar donde la gente votaba nacionalismo-insularismo y socialismo. Luego la cosa creció, y si no llega a ser por el dichoso empeño de Soria de sacar adelante las prospecciones petrolíferas, el resultado en las últimas locales les habría situado en un lugar mucho mejor del que están en estos momentos. Lo cierto es que pasados los años hay comités grandes como el de Tías en los que se encierran más peligros de los que ella y los que tiene alrededor son capaces de ver. Y luego hay sitios donde no existe apariencia de participación que de pronto pueden surgir con movimientos ciertamente curiosos. Algunos están ya en la maquinación. Pero los números son los números.

Lo que ha evidenciado el congreso regional es que la mayoría de los que respaldan a Asier Antona en Lanzarote son los mismos que en su día respaldaron a Soria. Es más, son los mismos a los que les gustaría ver a la parlamentaria regional fuera del organigrama de dirección del partido. Lo malo para ellos es que las cuentas no les salen, al menos de momento.

El problema que tienen, según sabemos aquí hablando con unos y con otros, es el cómo hacerlo. Derrotar a Astrid Pérez en un congreso no es tarea fácil. Los del grupo contrario tienen claro que hay líder, hay ganas y hay apoyo de Antona y los suyos si ganan la batalla regional. El líder sin duda alguna sería el ex senador Óscar Luzardo, apartado en estos momentos de la primera línea de fuego de la política pero en alerta permanente ante lo que puede ocurrir, porque sabemos que es un hombre al que le gusta la política. Sin embargo, su mala relación con la presidenta es evidente, como la es la del hombre que fue la mano derecha de Soria en la Isla desde 1999, Fernando Figuereo, como lo es la de todos aquellos que se han visto relegados a un papel más que secundario.

Y con Óscar Luzardo y Fernando Figuereo hay muchas otras personas a las que les encantaría ver la caída de Astrid Pérez. La ex presidenta Loly Luzardo sigue siendo una mujer tremendamente activa, como lo es el defenestrado Francisco Cabrera, como lo es el no menos activo Sigfrid Soria. Son los nombres de ese movimiento visible, porque luego está el invisible, el que puede hacer mucho más daño. ¿Se atreverán a dar el paso, habrá movimiento, intentarán tumbar a Astrid Pérez y a los suyos? Mucho nos tememos que todo dependerá de lo que pase en la elección a la presidencia regional del partido.

Última hora

La última hora pasa por la abrumadora y contundente victoria de Asier Antona en todas las islas menos en Lanzarote. Curioso el analizar por qué Tavío sólo logró el cariño de sus compañeros de la isla de los volcanes. ¿La victoria del palmero supone un problema serio para Astrid Pérez y los suyos, habrá venganza? En principio no tiene por qué haberla, aunque es evidente que a la hora de repartir los puestos de máxima representación en el nuevo organigrama del PP en las Islas el presidente, como han hecho todos los presidentes, tendrá atenciones especiales con aquellos que le apoyaron. Lanzarote pedía mucho a los dos candidatos, y mucho nos tememos que ese "mucho" se va a quedar en "algo".

Por tanto, es el momento de que ocurra todo lo que habíamos adelantado hasta la celebración de las votaciones, y es el momento sobre todo de que algunos se pongan las pilas. En esta especie de primarias se ha demostrado que gana quien más curra y quien mejor lo hace, y, sobre todo, gana aquel que sabe de números y los utiliza. Porque en la política los números lo son todo, especialmente cuando se trata de ganar procesos internos. Es un aviso a navegantes para todo lo que está por venir.

Y la pregunta que se harán muchos: ¿entrará a gobernar el PP ahora en Canarias? Es un tema complejo, aunque hay un 80 por ciento de posibilidades de que lo haga, y de hacerlo que no sea dentro de mucho.

EN EL PP DE LANZAROTE TAMBIÉN HUELEN LA SANGRE
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