sábado. 20.04.2024

Finalmente se ha desvelado uno de los secretos mejor guardados: sí, la presidenta del Cabildo viaja a China. Bueno, para ser más exactos y precisos, debemos decir que la presidenta del Cabildo, Doña Manuela (o Mela) Armas, ya está en China. Para no extendernos demasiado sobre los pormenores del viaje, lo importante de su presencia allí para ofrecerle a los chinos su vasta experiencia en los temas relacionados con la vulcanología, las doce horas de vuelo, el séquito completo que lleva, los potingues que ha metido en su bolso y esas cosas, nos centraremos en lo que realmente nos importa en el comentario de hoy, la falta de transparencia del Cabildo.

La oposición lleva tiempo quejándose, y no les falta razón, de que Doña Manuela (o Mela) es una demócrata de boquilla. Es decir, que se llena la boca hablando de democracia y participación pero luego practica bien poco. Por no cumplir no cumple con el requisito básico de cualquier político que no tiene nada que ocultar de entregar la documentación que se le solicita en tiempo y forma. Pero eso es objeto de otro análisis. Ahora estamos con lo de China. Hace tiempo que venimos criticando este viaje, desde que nos enteramos de que había intención de que la reina de la sostenibilidad se desplazara al país más insostenible del planeta. Y es que, si a Doña Manuela (o Mela) le parece que Lanzarote es la isla más insostenible del Archipiélago, ¿qué le parecerá China, sabrá que es el país del mundo que más gases emite a la atmósfera, sabrá esta sesuda estadista que los chinos tienen que ir en muchas ocasiones con mascarillas para poder transitar por ciudades como Pekín? Criticamos este viaje y lo volvemos a hacer ahora por varias razones: la primera y fundamental, porque no entendemos qué pinta Doña Manuela (o Mela) en estos momentos en un lugar tan remoto, qué va a hacer dos semanas allí cuando hay tantas cosas que hacer aquí. Nos parece formidable que su Gabinete de Prensa trate de justificar que es importantísimo que la presidenta visite el Instituto Sismológico de Wuhan, que vaya a Hubei para llevar a acabo “posibles” acuerdos de ciencia y desarrollo... Ahora, que no justifiquen lo injustificable. Eso mismo, en estos tiempos de tremenda crisis (y esto no es demagogia, es una realidad), lo podrían haber hecho los técnicos, incluso se podría haber hecho por videoconferencia, o a través de Internet. Pero no, Doña Manuela (o Mela) se tenía que desplazar a China para ser ella la autora de las visitas oficiales. Seguro que trae un álbum completo de fotos. Parece que le ha gustado el cuestionable papel desempeñado por Zapatero en su desesperado intento por estar en Washington. “Si ZP va a Washington con una silla prestada, ¿por qué no voy a ir yo a China si me invitan los chinos?”, se habrá planteado Doña Manuela (o Mela).

Y ahí entramos en el terreno más resbaladizo, el de las perras. Como todavía estamos patidifusos tras conocer los gastos que generó la generosidad de Doña Rita en Londres, su alquiler de palco en el campo del Arsenal para 200 canarios y su profesor de inglés o su espectacular cena en uno de los restaurantes más lujosos de la capital británica (por ponerles sólo un par de ejemplos), hemos querido saber cuánto le va a costar a los lanzaroteños este viaje a China. No es fácil averiguar algo, se lo aseguramos. Y no lo es porque nadie suelta prenda. Hemos podido enterarnos, más o menos, de que hay una agencia de viajes de Lanzarote que es la que ha vendido los pasajes. En la agencia en cuestión no nos han querido confirmar ni desmentir el dato, con lo que tendremos que esperar a que la a veces dormida oposición del Cabildo pregunte en tiempo y forma por la cuestión para saber si los costosos billetes salieron de aquí. En el Cabildo tampoco aclaran mucho. Ya saben que en la escueta nota de prensa lo único que se dice sobre el dinero es que “la administración oriental atenderá los gastos de la delegación lanzaroteña durante su estancia en aquel país”. Repetimos, “los gastos durante su estancia en aquel país”. De esto, entendemos nosotros que se refieren exclusivamente a los gastos del día a día durante las dos semanas, alguna que otra comida, los desplazamientos en guagua y esas cosas. Como es una especulación pura y dura, insistimos que fruto de que no se nos facilita más información al respecto, hemos investigado un poco más para aventurarnos en los posibles gastos no incluidos en la generosidad de la, como dice el Gabinete de Prensa del Cabildo, la “administración oriental”.

El cuadro que hemos obtenido consultando a diferentes agencias de viaje y a distintos profesionales del sector es el siguiente:

Si Doña Manuela (o Mela) y su séquito se han pagado los billetes de avión, o sea, si los hemos tenido que pagar los lanzaroteños, la cosa podría haber costado, saliendo este domingo en el vuelo de Air China que partió de Barajas, lo siguiente:

-Vuelo en Clase Preferente, 5.400 euros por persona.

-Vuelo en Clase Turista, 1.800 euros por persona.

-Vuelo pagado por los chinos, cero euros.

Todo apunta, si se han pagado los billetes como sospechamos que se han pagado, a que han volado en clase preferente. Doña Manuela (o Mela) no merece menos. Lo sabremos cuando se ofrezca la información real del tema.

Consultando a los mismos expertos, hemos establecido una media razonable de lo que puede costar un hotel de cinco o cuatro estrellas en los lugares en los que se va a hospedar la expedición que lidera nuestra intrépida presidenta. Es la siguiente:

-Hotel de 5 Estrellas en las ciudades de la visita, 420 euros por persona y día.

-Hotel de 4 Estrellas en las ciudades de la visita, 260 euros por persona y día.

-Hotel pagado por los chinos, cero euros.

A todo esto, como se imaginarán, habrá que unir las dietas que se facturarán por cada día, porque los políticos y las dietas (no nos referimos a las de adelgazamiento) son algo así como las monjas y sus hábitos: lo uno no va sin lo otro.

Medio en broma medio en serio, esperamos sinceramente que Doña Manuela (o Mela) y sus compañeros del grupo de gobierno den una explicación satisfactoria del porqué de este viaje y de los gastos que ha supuesto para una institución en la que se ha pedido a sus trabajadores que se aprieten el cinturón. Ellos también han pedido lo mismo a los políticos, aunque los políticos parece que están sordos, o no saben no contestan. Esperamos de verdad que todas nuestras dudas, que estamos seguros de que son dudas de muchos ciudadanos de esta castigada tierra, se despejen de la forma adecuada, con la transparencia y el rigor del que tanto le gusta hablar a la presidenta.

Por cierto, que mientras Doña Manuela (o Mela) viajaba a China, se celebraba una sesión ordinaria del Consejo de Administración de la Autoridad (¡Firme!) Portuaria de Las Palmas, ese ente que pagamos todos los ciudadanos de esta parte del Archipiélago y que sólo trata asuntos de Gran Canaria. De momento se va a perder los más de 600 euros que se cobra por asistencia a cada reunión de estas, aunque, eso sí, para salvaguardar los intereses de todos los lanzaroteños Doña Manuela (o Mela) delegó su voto en el presidente del Cabildo de Gran Canaria, su compañero de partido José Miguel Pérez. Qué acto de generosidad. Ahora estamos mucho más tranquilos.

EL VIAJE A CHINA DE LA PRESIDENTA
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