A día de hoy parece claro que debería caer un meteorito en la Tierra que la dividiera por la mitad para que se rompiera el pacto entre Coalición Canaria (CC) y Partido Socialista (PSOE). Por más bombas internas y externas que se lanzan contra la alianza, parece imposible pensar que alguien va a tomar la decisión de acabar con un acuerdo en el Archipiélago que provoca más sufrimientos que alegrías en estos momentos. Y es que jamás se ha visto en la joven historia política que tenemos en nuestra democracia un pegamento igual, que hace imposible que se separen aquellos que no se soportan. ¿Cuál es la marca de ese pegamento? “La Necesidad”. La necesidad que obliga a nacionalistas y a socialistas a estar todo el día con un extintor en la mano, porque si tardas más de un segundo en reaccionar en un territorio de pirómanos políticos, al final se te quema todo y se pone punto y final a la historia.
Estamos en un momento extremadamente delicado para la alianza. Así al menos lo cuentan los unos y los otros a este confidencial. En Canarias, la moción de censura en Granadilla y los movimientos posteriores han tumbado uno de los últimos pilares que sujetan el acuerdo de la ya famosa cascada. La rápida reacción de José Miguel Barragán, que es uno de los que sostiene el pegamento con más fuerza, ha impedido que las huestes del PSOE que quieren la ruptura se salgan con la suya. Porque hay que reconocer que en los dos partidos ya hay casi más defensores de la ruptura que detractores. Sin embargo, parece que no se ha cerrado el asunto del todo. De hecho, este mismo sábado más de uno ha criticado durante la reunión de la Ejecutiva nacional de CC la contundencia de la reacción en Tenerife. Son los que creen primero que el PSOE no está para exigirles mucho y los que les salen las cuentas en un hipotético cambio de rumbo, que pasaría en Canarias por buscar una alianza con el Partido Popular (PP) sin cascadas pero que apuntalara a Fernando Clavijo y a su Gobierno, y buscarse luego la vida municipio a municipio y cabildo a cabildo.
La compleja situación de la política nacional y el lío interno en el PSOE de Pedro Sánchez tampoco ayuda mucho. Cada vez son más los nacionalistas que ven con malos ojos mantener un acuerdo con los socialistas que les genera pleitos constantes y que además les aleja de aquellos que parece que van a volver a llevar las riendas en Madrid. Y a estos, a los partidarios de la ruptura, las cuentas les salen. Les salen principalmente en Tenerife, y no tanto en islas como en Fuerteventura.
El caso de Lanzarote es ciertamente singular. Si hay una isla donde está claro que el pegamento “La Necesidad” es el que sostiene la alianza, esa es la de los volcanes. En cada entrevista que se pregunta al presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, por el funcionamiento del pacto con el PSOE -está claro que el Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) está ahí de convidado de piedra-, el hombre que más ha sufrido en sus carnes los follones internos y externos dice siempre lo mismo: “funciona razonablemente bien”. Es como decir algo así como que funciona porque no nos queda más remedio que funcione, porque si por mi fuera, dejaría de funcionar mañana mismo. El mismo entusiasmo muestran los concejales de Arrecife, a los que se les está haciendo cuesta arriba mantener la boca cerrada por lo mucho y malo que están viendo ya dentro del nuevo gobierno de Eva de Anta, y no sólo por el obvio pero negado asesoramiento del ex secretario general Carlos Espino. Son constantes los roces en una institución que podría ser la primera en saltar por los aires en toda Canarias, como por otro lado ha sido uso y costumbre en la política de las Islas.
El lío de la Cueva
La última del Cabildo, según hemos podido saber, viene por el convenio que se ha elaborado a instancias judiciales para acabar de una vez con el lío de la Cueva de los Verdes, ese pleito que utilizó en su día el ex alcalde de Haría José Torres Stinga para meter más leña al fuego que ardía en CC y que ahora, con una coyuntura política totalmente distinta en el norte de la Isla, se tiene que solucionar. Pues bien, con un documento de notable consenso entre las partes, el PSOE que en el Cabildo lidera José Juan Cruz lleva varias semanas deshojando la margarita. De hecho, como confesó este viernes en el programa “A buena hora” de Crónicas Radio-COPE Lanzarote el también secretario de Organización del PSOE, se supone que ni siquiera se han leído el borrador. Lo que ocurre realmente es que los socialistas tienen un problema interno serio, y su secretaria general, Dolores Corujo, ha mandado parar ese asunto, toda vez que su portavoz en Haría, Alfredo Villalba, ha expuesto en público y en privado que no pasará por alto que el PSOE se sume a un documento al que ellos en Haría se oponen frontalmente. Así, los nacionalistas les han lanzado un ultimátum, porque se han cansado ya de que los asuntos del Cabildo se tengan que aprobar siempre con las injerencias habituales del exterior. Y no porque les vayan a hacer falta los votos del PSOE, que no les hacen falta –tienen un acuerdo cerrado con el Partido Popular (PP), con Somos, con Nueva Canarias (NC) y en breve con Ciudadanos-, sino porque no les parece de recibo presentarse a las primeras de cambio ante la sociedad con una división interna en un asunto aparentemente sin demasiada trascendencia pública. El día 5 de octubre se lleva el convenio a pleno, y ahí el PSOE tendrá que votar a favor. De lo contrario, algo se moverá, si es que no se ha movido antes.
Problema en el PSOE y la llegada de Ángela Vicario
Mientras esto sucede en el Cabildo, al secretario de Organización, hombre de pocas palabras cuando estas pueden generar un mínimo de polémica, le están creciendo los enanos.
Esta semana se ha vivido una cruenta batalla interna en el PSOE de Lanzarote entre los dos bandos ya perfectamente definidos: los que apoyan a la secretaria general y líder de la formación en estos momentos, Dolores Corujo, y los que defienden a un sector afín a la vicepresidenta del Gobierno, Patricia Hernández, y que cuentan con el parlamentario Marcos Hernández como su principal paladín.
Precisamente Marcos Hernández ha sido el objeto del peor de los ataques. Probablemente por su indefinición a la hora de hablar de la salida de Dolores Corujo del Parlamento cuando se estaba aprobando un punto de la conocida como Ley de las Islas Verdes, una parte de la famosa ya y polémica Ley del Suelo, el sector afín a la secretaria general se descolgó con un durísimo artículo de opinión firmado con el seudónimo de Ángela Vicario, que no es otra que la protagonista de “Crónica de una muerte anunciada” de Gabriel García Márquez (no confundir con el Faustino García Márquez que este mismo sector utilizó luego para defender a Corujo en los medios afines). El artículo, además de incluir claras amenazas para el futuro, contiene una cruel descripción del que fuera alcalde de Tinajo y senador en Lanzarote. Como es habitual en esa parte del PSOE, con su sectarismo habitual, sólo enviaron el artículo a los medios "amigos", igual que está haciendo ya la nueva responsable de prensa de los socialistas en la capital. Lo mismo de siempre. El sector atacado sabe o cree saber que detrás de Ángela Vicario se esconde la mano del ínclito Carlos Espino, ese hombre ahora en la sombra que se sospecha que asesora a la nueva alcaldesa de Arrecife y que tiene conquistado el corazón de Corujo. El artículo ha sido de tal bajeza, que ha llegado incluso a enfadar y mucho a defensores de la alcaldesa de San Bartolomé, que no veían necesario utilizar este tipo de mañas para ir contra alguien que al fin y al cabo sigue siendo un compañero de partido. Ni en el pleito entre Pepe Torres y Pedro San Ginés se vieron cosas así, básicamente porque Torres sostenía en su nombre y a pecho descubierto todas y cada una de las barbaridades que soltaba en público y en privado contra su compañero de partido.
El artículo ha sido interpretado por el sector en el que además de Marcos Hernández hay figuras destacadas como el ex alcalde de Arrecife José Montelongo, la ex concejal de Teguise Lourdes Cabrera, la ex presidenta del Cabildo Manuela Armas o la ex concejal de Arrecife Paca Toledo (dicen que también Manuel Fajardo Palarea, pero esto no nos lo acabamos de creer), como una declaración de guerra en toda regla. Y nos cuentan que no se van a quedar quietos, y que Patricia Hernández y el mismísimo Pedro Sánchez saben ya de las andanzas y desventuras de la Vicario.
El final de la historia llegará con los congresos. Primero el Federal, luego el Regional y luego el Insular. Depende de lo que ocurra en los dos primeros, o no, se darán los movimientos del tercero. Ahora es muy difícil apostar por uno u otro bando, porque parece que las fuerzas están muy igualadas.
Las redes sociales han echado humo esta semana, y seguirán echando humo la próxima. ¿Afectará de algún modo todo esto a la estabilidad del pacto, será suficiente para acabar con los efectos del pegamento "La Necesidad"? Parece que la solución a todas las preguntas está más cerca de lo que algunos piensan.
