viernes. 19.04.2024

Los más mayores recordarán perfectamente que una de las máximas del Generalísimo Franco era el trabajo. Llegaba hasta el extremo su obsesión que empezó a extenderse una especie de leyenda urbana (mitad verdad y mitad propaganda del Régimen) de que apenas dormía y dedicaba casi todo el tiempo del día y de la noche a velar por España. De ahí que se dijera aquello de que la luz de su despacho en el Palacio de El Pardo estaba permanentemente encendida. Era una forma de hacer ver a los que pasaban por allí y a los analistas internacionales que el Generalísimo estaba siempre despierto para defender a la patria de cualquier circunstancia que se pudiera producir. Siempre atento, siempre alerta. Nada era suficiente por España.

Pues bien, los asesores de Doña Manuela Armas han debido recordar esta historia y han decidido crear un nuevo Faro del Pardo, aunque en esta ocasión en el Cabildo de Lanzarote, donde, también debemos decirlo, se llevan a cabo de vez en cuando algunas prácticas más propias de un régimen totalitario que de una democracia. Venimos observando, como suponemos que le habrá pasado a los ciudadanos no despistados que pasan por allí de noche, que la luz del despacho de Doña Manuela permanece encendida hasta altas horas. No sabemos por qué nos da, conociendo lo poco dados que son al trabajo los integrantes del actual grupo de desgobierno de la Primera Corporación insular, que es otro golpe de efecto. Nos cuesta creer que Doña Manuela y los suyos realmente estén trabajando por la tarde para intensificar su labor sobre los ingentes problemas que asedian Lanzarote. Nos cuesta creer que de verdad se están ganando el generoso sueldo que ellos mismos se subieron, que están intentando buscar soluciones para la precaria situación de miles de familias que las están pasando canutas para llegar a final de mes. Humo, propagando y más humo, que es lo único que sabe vender esta gente.

Es más, desde el nuevo Faro del Pardo se diseñan estrategias de trabajo bastante llamativas, como la que nos ha brindado ahora el ocupado diputado nacional Miguel González, que se ha preocupado en Madrid de un asunto de tanta enjundia que ni siquiera preocupa a los propios afectados, el de la pesca en solitario. No lo decimos nosotros, se lo tuvieron que recordar desde la Cofradía de Pescadores de San Ginés, Cofradía que le pide al señor de las notas de prensa del PSOE (hay que ver lo que se puede progresar en política escribiendo notas y manteniéndose siempre sin rechistar y diciendo sí buana a la sombra de los que mandan) que deje de hacer el canelo y se ponga a trabajar en asuntos más serios, como la amenaza que supone la llegada de infinidad de palangreros que van a terminar con el sustento de la flota insular. Por vender, son capaces de vender hasta que han hecho una llamada telefónica; por justificar sus múltiples privilegios, son capaces de hacernos creer que están haciendo cosas por los ciudadanos de Lanzarote.

Cambiando de asunto, nos sorprende el hecho de que nos estén llegando todos los días infinidad de recaditos relacionados con esta gente, con los del nuevo Faro del Pardo. Este jueves, por ejemplo, alguien nos vino con el cuento de que el equipo de Espino va a sacar una nota de prensa desmintiendo la información relativa al casi millón de euros que se han chascado en su departamento en concepto de DIETAS, noticia que como saben adelantamos en primicia en esta casa. El informante nos explicaba que van a decir que es un error contable. A nosotros nos da igual lo que vayan a decir, si es un error contable o si es el Sunsun Corda. Lo sorprendente es que estamos a viernes, de esto hablamos el lunes y el Cabildo no ha dicho absolutamente nada sobre la escandalosa cifra que refleja la parcial información entregada a los grupos de la oposición por este demócrata juntaletras y fumador empedernido. Que no nos vengan con amenazas de ningún tipo, porque si hay algo que hemos querido desde el segundo después de dar a conocer esta escandalosa información es la opinión del grupo de desgobierno que capitanea el señor Espino, que no la viajera Doña Manuela Armas.

Por cierto, que Doña Manuela llamó a uno de los contertulios habituales de nuestra emisora de radio, Carlos Álvarez, para advertirle de que no siguiera por ahí diciendo que ella formaba parte de la empresa Carnes y Embutidos Chacón. Al bueno de Carlos le tendieron una trampa en una televisión local a la que acudía (no sabemos si lo va a seguir haciendo), y picó. Nadie ha dicho, al menos no en esta casa, que la presidenta pertenezca a la empresa. Sólo faltaba que la empresa fuera suya. Aquí se ha dicho, y lo repetimos hoy, que Carnes y Embutidos Chacón es una empresa familiar (lo es) que está directamente relacioanda con Doña Manuela (lo está) y que factura desde que llegó ella al poder importantes cantidades a los Centros Turísticos (las factura). Eso, que nosotros no sabemos si es ilegal, está claro que no es ético, lo diga Doña Manuela o lo diga extrañamente Don Pedro San Ginés, cuyas últimas actuaciones en torno a este asunto no nos acaban de convencer demasiado. Ni nos convencen a nosotros ni convencen a muchos ciudadanos. Incluso nos atreveríamos a decir que no convencen demasiado a muchos de sus compañeros en Coalición. ¿Qué es exactamente lo que ha querido decir con esa densa, larga y farragosa nota de prensa en la que advierte a no se sabe muy bien quién de que se están malinterpretando los datos de los Centros?

Eso es ni más ni menos lo que nosotros queremos, que se hable y se cuente la verdad, a ser posible por parte de algún portavoz que no sea el señor Espino, que miente más que habla. Como entendemos que es lo que quiere la inmensa mayoría de los ciudadanos de esta isla, que salgan a dar la cara, que den una explicación de lo que está sucediendo, que digan en concepto de qué se han facturado esos 845.000 euros, que digan quiénes los han cobrado o los van a cobrar. Y si hay un error, que lo digan también, que expliquen quién lo ha cometido y por qué han tardado tanto tiempo en reaccionar. Dudamos de todos modos que sea un error, conociendo resoluciones tan generosas como las que ha estado firmando a diestro y siniestro la presidenta más firmadora de la historia de esta islita sin gobierno conocido. Tal vez lo que sí que ha ocurrido, tal vez, es que el concepto "dietas", que debe ser utilizado en teoría para desplazamientos fuera de la Isla, se ha estirado como un chicle. Los chicles, ojo, también se acaban rompiendo. No se pueden estirar hasta el infinito y más allá.

Pero como no tienen nada que decir, se dedican a intoxicar, a intentar sembrar dudas, que es una estrategia típica de los caraduras que son incapaces de trabajar y que lo único que saben hacer bien en la vida es enredar y medrar. En eso sí que son auténticos maestros.

Espino, personaje al que ya conoce perfectamente la sociedad conejera, es un provocador nato. Con la que está cayendo, con el evidente despilfarro (por no decir saqueo) de la empresa pública que los lanzaroteños tenemos la desgracia de que gestione, ahora se permite el lujo de dedicar tiempo a escribir artículos de opinión que se publican en sus medios afines. El último, chiquita cara, cuestionando la labor de los empresarios de su tierra, de Gran Canaria. A ver si hay suerte, se aficiona un poco más a lo que pasa en la isla redonda y se manda a mudar, porque no hemos visto en la historia política de Lanzarote un político más dañino que este. Y miren que hemos visto cosas en tantos y tantos años de batalla diaria.

La última que ha liado, ya lo sabrán a estas alturas, tiene que ver con la radio del Cabildo, Radio Insular, departamento que, oh qué casualidad, también dirige. No se le ha ocurrido otra cosa, para pagar más favores prestados a la causa, que hacer un contrato de seis meses a razón de 18.000 euros a un presentador de la Cadena SER, que entra de forma dactilar y como "autónomo" a trabajar en la Casa Cabildo. Dentro de unos días contaremos todos los detalles de la historia, explicaremos por qué los trabajadores de la radio pública están que se suben por las paredes, qué agravios comparativos hay, y, sobre todo, por qué la mayoría de los profesionales de Lanzarote (desgraciadamente no unidos bajo una asociación que los cobije) tienen motivos para echar pestes contra este tipo de actuaciones, por desgracia cada vez más generalizadas en esta tierra.

EL NUEVO FARO DEL PARDO Y EL LÍO DE LA RADIO INSULAR
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