Nos cuentan alarmados unos vecinos que en el vasto territorio que domina el Fürher ya no se puede ni respirar. El que rechista, se lo cargan, si no físicamente, si de otras formas, al más puro estilo siciliano. Nos dicen también que Castelar y Bigote Arrocet están todo el día de atropello en atropello, de fechoría en fechoría. Pero lo peor es lo que tiene que ver con la política. Si a alguno de su entorno o a alguno de los que tienen al alcance de su látigo castigador se le ocurre tener aspiraciones políticas, está servido, tiene los días contados. Entre las anécdotas de las últimas horas está la de un hombre decente al que no se le ocurrió otra cosa que intentar participar en política del lado equivocado. Inmediatamente el Fürher mandó a sus secuaces para hacer la advertencia de rigor. “Si te presentas, te quedas sin trabajo”, le dijeron al pobre hombre. Y es que el Fürher no permite competencia, no quiere que nadie le haga sombra, sobre todo si es gente honrada que conecta con el pueblo como él conectó en su día. Este Fürher es muy amante de la historia, y practica en estos momentos dos eslóganes curiosos: “todo para el pueblo pero sin el pueblo”, y “todo para mí, que es mucho mejor”... Esperemos que alguien le pare los pies pronto, antes de que la cosa pase a mayores.
