Nos cuentan que ha tenido notable repercusión el reportaje que publicamos el pasado sábado en nuestra edición de papel sobre la desaparición de un histórico pozo que estaba situado al lado del Ayuntamiento de Haría, el pozo de Don Segundo. Nos alegra mucho, como nos alegra que cada día sean más las personas que se asoman a este jovenzuelo medio en el que su gente trabaja para tener a los ciudadanos de Lanzarote perfectamente informados de lo que acontece a su alrededor. En la anterior edición les explicábamos que nos habían dicho, contado y hasta asegurado que la progresiva desaparición de pozos en el norte de la Isla que denuncíabamos días antes cuenta con las bendiciones oportunas de quien debe bendecir. En la información del sábado se planteaban varias dudas: una sobre quién autorizó por parte del Consejo Insular del Agua para que se taponara un barranco, cosa que sabemos que no hizo Dimas Martín; otra sobre si existe o no informe de Patrimonio al respecto. Decíamos además con toda reserva que existe ese informe de Patrimonio sobre el taponamiento del pozo de Don Segundo, un informe positivo que permitió la construcción de la “biblioteca virtual”. También observábamos que a última hora nos habían dicho que es posible que cuando se hizo el informe se ignorara que se estuviera tapando un pozo tan histórico como ese, lo que en cualquier caso no es excusa para considerar absolutamente lamentable lo que está sucediendo. Nos parece muy bien que el departamento que dirige Carlos Espino haga reclamaciones allá donde sea menester, pero también nos parecería bien que saliera al paso de informaciones de este tipo, dando una versión que de algún modo justifique lo que en estos instantes parece injustificable, que es la absurda pérdida del patrimonio histórico de todos los lanzaroteños.
