viernes. 19.04.2024

Varios seguidores habituales de este diario nos han recomendado que dejemos de darle leña a personajes de esta nueva generación de “socialistas” que se ha instalado en Lanzarote. Al parecer, según estos fieles, con la crítica constante -a nuestro juicio más que merecida- a Manuela Armas y a Carlos Espino vamos a convertirles en una especie de víctimas de la sociedad. Nada más lejos de nuestra intención. Siguiendo estos consejos, y los de aquellos incluso que critican este tipo de periodismo-denuncia, habíamos decidido olvidarnos del profundo desprecio que nos merece su gestión del dinero público, del dinero de todos, y nos habíamos centrado en otros asuntos. También empujados por el agotamiento físico y mental que conlleva luchar contra los elementos, a sabiendas de que el resultado final, que no debería ser otro que la corrección de estas prácticas, no se va a conseguir. Es imposible, es imposible no dedicarnos un día más a hablar de la desfachatez de un señor que se define a sí mismo como socialista, una especie de “cherif” del Lejano Oeste que deambula por los pasillos de la política perdonando vidas, pensando que todo lo que ven sus ojos es suyo y puede hacer con ello lo que le viene en gana. Alguien que va a ser capaz de celebrar un congreso en su partido sin que se hayan resuelto las impugnaciones en comités tan importantes como el de Tías, que es sospechoso de estar llevando a la ruina a la principal empresa pública de la Isla, los Centros de Arte, Cultura y Turismo.

Es difícil describir lo que sucedió este miércoles en el Cabildo. Para no cansar demasiado al personal, repetimos una vez más aquello de que se coge antes a un mentiroso que a un cojo. Ya advertimos el día anterior, siendo como fuimos el único medio que asistió a la comisión informativa sobre el reparto publicitario, que las cifras que se habían entregado a la oposición no se ajustaban en absoluto a la realidad ni de lo gastado ni de lo que se piensa gastar en los medios afines. Efectivamente, el “cherif” del Cabildo confirmó, a preguntas de nuestros compañeros, que en esos 200.000 euros de 2009 no se incluye lo que se va a gastar él en los Centros Turísticos, lo que se gastará a través de la Sociedad de Promoción del Turismo (el Patronato) y lo que se pueden gastar las distintas consejerías. La pregunta era evidente: ¿qué se ha incluido entonces? Pues se ha incluido una relación absurda y maquillada de una realidad que pone al descubierto las miserias del actual pacto de gobierno del Cabildo. Dos grupos políticos, PSOE y PIL, que en tiempos de crisis se gastan lo que no está en los escritos en sus medios afines. Bueno, tendríamos que corregir, en los medios afines al PSOE, porque nos da la sensación de que una vez más el PIL ni pincha ni corta en esta historia. ¿Para qué entonces todo este paripé, para qué tanta parafernalia, para qué la rueda de prensa, por qué esta farsa si los datos reales del gasto publicitario no se van a conocer a menos que haya un terremoto político en el Cabildo? Tenemos la ligera sospecha de que este sujeto piensa que los lanzaroteños somos tontos.

No entendemos muy bien, ojo, que Espino (lo de señor se lo quitamos ya sobre la marcha) se empleara a fondo hablando de los gastos del “pasado”, diciendo que en otros tiempos se gastaba mucho más en publicidad y que había “otros” beneficiados. ¿Por qué no se atrevió a dar los nombres de esos beneficiados, tuvo miedo tal vez porque alguien le recordó que podrían salir trasquilados aquellos a los que con tanto ahínco defiende, se dio cuenta de quiénes son en Lanzarote los propietarios de los medios que más dinero han recibido en los últimos años?

Nos dicen algunos amigos del PSOE (sí, seguimos teniendo amigos en el PSOE) que el enfado del ínclito Espino con nosotros es de aupa. Tanto es así, que el muy demócrata ya ha dicho públicamente que se niega a hacer declaraciones a esta casa fuera de las ruedas de prensa. Una actitud muy socialista, vive Dios. Al parecer, hace un tiempo, cuando realmente se creía que teníamos seis oyentes en la radio, cuando realmente pensaba (imaginamos que guiado por los que nos han querido hundir desde que empezamos a asomar la cabeza) que nuestro diario digital no lo leía nadie o que la televisión no la veía nadie, ni nos tenía en cuenta. El tiempo le ha hecho ver otra realidad, hasta el punto de que ha contratado un servicio exclusivamente con la intención de fisgonear todo lo que aquí y en otros medios como éste se dice y se hace. Para él, en principio, sólo había un rival a batir, que era el Grupo Lancelot. Ahora ya no lo tiene tan claro, y ha visto en nosotros algo más que un molesto grano en el trasero. Suponemos que tendrá que ver con el hecho innegable de que la sensación que nosotros tenemos de que este sujeto produce ya un rechazo social más que evidentemente no es sólo una sensación subjetiva provocada por nuestro evidente rechazo a su forma de hacer política. Tendrá también que ver con el hecho de que nos han intentado enterrar en mil y una ocasiones y seguimos dando la lata, molestando a los que como él nos malgobiernan. Por eso, porque ya no piensa que somos unos piojos sin importancia, se arrancó este miércoles con un brillante ejercicio de marginación al más puro estilo fascistoide. Muy propio insistimos de un representante socialista.

El episodio lo protagonizó nuestro compañero Arturo Escarda. Al terminar la bochornosa rueda de prensa para explicar los criterios que se van a seguir para darle a los mismos la misma cantidad de publicidad institucional, nuestro compañero fue a hablar con Espino, para abordar una cuestión que tiene que ver con su faceta de secretario de Organización del PSOE en Lanzarote. “Señor Espino, ¿son ciertos los rumores que apuntan a que va a ser usted el candidato del PSOE a la Secretaría General?”, preguntó Arturo de forma educada y entendemos que profesional. “¿De qué medio eres tú?”, preguntó a su vez en tono chulesco el interfecto. “Ya sabe que soy del periódico Crónicas”, respondió en la misma línea educada nuestro compañero. “Ah, del Crónicas. Yo a ese medio no le hago declaraciones fuera de las ruedas de prensa”, soltó desairado para marcharse con el aire de suficiencia que le caracteriza y con su mirada de perdonavidas.

Esta es la realidad de un político que controla el poder orgánico y público del socialismo lanzaroteño. De este modo se las gasta. No vendría mal recordarle a este demócrata que su “admirado” Juan Fernando López Aguilar ya nos dijo cuando todavía trabajábamos en la radio en la que a él tanto le gusta salir que él jamás se negaría a hacer declaraciones en cualquier medio. Fue una época en la que alguien también quiso imponer un curioso veto. Entonces López Aguilar dijo aquello de que él incluso hacía declaraciones en la Cadena COPE, sin importarle que después los contertulios de turno o el propio presentador le pusieran a parir. “Es mi obligación, eso va en el cargo y en el sueldo”, nos comentó, para explicar que lo importante es trasladar a los oyentes de esa emisora el mensaje socialista que defiende. Qué buen ejemplo fue entonces y cuánto han cambiado las cosas en muy poco tiempo. Tal vez incluso para el propio Juan Fernando López Aguilar. ¿Se acuerdan por cierto cómo se pusieron en el PSOE cuando el PP decidió boicotear al Grupo Prisa, cuando decidieron no hacer declaraciones a la Cadena SER? Al final el PP tuvo que dar marcha atrás a esa absurda y poco democrática medida.

En las pasadas elecciones ya se produjo un boicot del PSOE hacia nuestros medios. El ínclito Carlos Espino lo negó, pero alguien de dentro, de muy adentro, nos confesó que hubo orden de retirar nuestro número del fax. No se enviaban las notas de prensa, se extraviaban en el hiperespacio. Sin embargo, hasta este miércoles no se había dicho de forma oficial que el PSOE no hace declaraciones en estos medios. Y decimos el PSOE porque este “señor” es su secretario de Organización.

Por cierto, ¿el resto de compañeros de Espino comparten esta estrategia, el resto de miembros del PSOE también se van a negar a hacer declaraciones a este medio? Si es así, estaría bien que en un acto de valentía lo dijeran públicamente. Así sabemos a qué atenernos y así nuestros oyentes, televidentes y lectores podrán tener más claro qué es lo que está sucediendo en ese partido. Para que nadie vaya de la víctima que no es. Aquí, por desgracia, no nos inventamos nada, no exageramos nada. Es la realidad que nos está tocando vivir. Más bien sufrir.

EL BOICOT DE CARLOS ESPINO
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