Parece, al menos así nos lo han contado, que Don Pepa, Don Nudo, Periquito El Moralista y el Vinagre están haciendo ejercicios espirituales allí donde Cristo perdió el mechero y en compañía del Túnido Norteño de bello rostro (ahora descompuesto rostro por aquello de la villanía). Hacer ejercicios espirituales siempre es bueno, saludable y plausible, sobre todo si uno tiene a su lado al Padre Canígula. Pero si es bueno tener en esos ejercicios espirituales al Padre Canígula, no se imaginan lo que supone estar de compañero de pupitre con el Cojitranco, el cual está a su vez alimentado espiritualmente con la inspiración de la Ricitos de Oro y últimamente, como dirían los más jóvenes, “se sale”. Esta retahíla de personajes son de lo más granado de nuestra geografía insular. Dicen las lenguas de doble y triple filo que si los echaras a todos a una fundición, no sacarías nada digno de encomio, apenas un poco de estaño para hacer una estatuilla lo más parecido a la de los Oscar de Hollywood.
