miércoles. 24.04.2024

1.- El presidente de Venezuela, Nicolás Ma duro , ha decretado que la Navidad ha comenzado el 1 de noviembre. Ha ordenado que se abone la paga extraordinaria a los empleados públicos y no ha mandado nevar porque en Caracas no nieva, sino que para encontrar nieve hay que ir poco menos que a los Andes. Además, ha creado el Ministerio para la Felicidad, ha armado a los motorizados para que atraquen y provoquen, eso, felicidad a los ciudadanos, y alumbrará con bombillas de colores, propias de la ocasión, las morgues llenas de cadáveres de las ciudades azotadas por los malandros. Y ha mandado erigir un monumento en el metro de Caracas, justo donde apareció la jeta de Chávez cuando unos obreros picaban la pared. Como aparecieron aquellas caras de Bélmez de la Moraleda que una vecina dibujaba por las noches mientras los crédulos dormían a pierna suelta. No hay que olvidar que Maduro fue chófer de una guagua de la compañía del metro, mientras ejercía de sindicalista en sus ratos libres. Ahí lo captó un cazatalentos del chavismo, aunque me parece que chavismo y talento no casan, están reñidos.

2.- Hace falta estar majara para cambiar la fecha de la Navidad, pero es que Maduro tenía que dejar su sello en jornadas tan señaladas. ¿Y en diciembre qué celebrará, la semana santa o el carnaval? Venezuela no sólo se cubaniza, sino que se idiotiza. La gente más o menos normal se hace cruces con las arrancadas de este hombre, que no da pie con bola y que ya no sabe qué hacer para llamar la atención. Tiene visiones de Chávez en forma de pájaro -si Chávez levantara la cabeza- y ahora altera el orden natural de las fiestas a su antojo, tan solo para lucirse, muy a su manera.

3.- ¿Qué será lo próximo? De momento, un emigrante canario ha muerto, con once disparos en su cuerpo, como informó este periódico. Un hombre que lo único que hacía en aquel país, donde la vida vale cada vez menos, era trabajar para sacar adelante a su familia. Un mártir más de esta locura, en un territorio en el que todo el mundo va armado porque el Gobierno se ha dedicado a repartir pistolas para sembrar el caos. Así Venezuela no va a ninguna parte, sino hacia su propia destrucción, perpetrada por el cubanizado Maduro y por sus maestros los Castro , verdugos de la razón. Yo sólo quería decir esto.

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Dulce Navidad
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