viernes. 19.04.2024

Si mi memoria no me falla, en Lanzarote hasta el año 1985-7 no existían drenajes para encauzar el agua de lluvia, ni tampoco para depurar las aguas fecales de las viviendas y de la industria.

Hasta la época dicha, o algo antes o hasta algo después, los hogares e industrias de todos los pueblos y de la capital, poseían pozos negros donde descargaban los residuos fecales, etc, y de cual conjunto semi sólido, la parte líquida se filtraba en la tierra a través del agua de nivel de mar que penetraba en los pozos; y los residuos sólidos que quedaban atrapados en los mismos, se extraían cada equis tiempo con una cuba de bombeo que luego descargaba en una zona desolada en la costa a orilla del mar.

Allá cuando gobernaba el PSOE en el Ayuntamiento de Arrecife y lo presidia José María Espínola González, entre los años 1983 y 1995, en Arrecife se llevaron a cabo las obras pertinentes de la instalación de un ducto de drenaje de más o menos unos 30-40cm de diámetro que se ha venido utilizando desde la época en que se instaló hasta la actualidad, “como ducto de recogida y desagüe de las aguas fecales y pluviales”. También en los pueblos se instalaron iguales ductos en diferentes fechas cercanas a los trabajos relacionados que se ejecutaron en Arrecife.

Si se quiere resolver en algo el problema que tenemos con las aguas fecales y pluviales, una de las fórmulas correcta, radica en hacer dos nuevos tendidos de drenaje, instalando dos ductos de unos 50cm de diámetro cada uno -separados-, uno para aguas fecales y otro para aguas pluviales-, y que ambos fuera su flujo hacia depuradoras, o que únicamente el de fecales fuera a depuradoras; y el de pluviales para no sobre cargar las depuradoras en tiempo de lluvia, que descargase libremente en el mar a un km de distancia mar adentro de la costa. Pero esto costaría una fortuna, cual no tenemos. Entonces para ahorrar se podría hacer lo siguiente.

En lugar de instalar dos nuevas redes de drenaje, mejor sería mantener la de aguas fecales tal como está, pero sellándoles todos los imbornales, y las tapas de registro de las alcantarillas también, (pero las tapas de las alcantarillas provistas de un sistema de cierre que dé lugar a que se puedan abrir y cerrar para casos necesarios de desatascos, etc). Y al otro lado de la carretera tender un nuevo ducto que sea únicamente para recoger las aguas pluviales, que tendría tapas de registros de alcantarillas sin sellar, e imbornales de rejillas abiertas para cuando lloviese el agua penetrase por ellas y se fuese por desnivel vía el ducto hacia estaciones de bombeo que la transportarían hasta un punto de acumulación general, desde donde a través de varios emisarios de desagües se enviaría y se descargaría en mar adentro a una distancia de un km de la costa.

Las chapuzas que se han estado haciendo hasta ahora a la red de alcantarillados de aguas negras, han sido sólo remiendos que no han resuelto ni jamás resolverán completamente el problema de las aguas fecales y pluviales. Si no se hacen las reformas que menciono, o algo similar, siempre que llueva tendremos el problema de que las aguas de lluvia penetren dentro de la red de aguas negras y por exceso en el ducto salten las tapas de los alcantarillados y brote agua de lluvia con residuos fecales, -“también a través de los imbornales”-.

Se debe tener en cuenta que incluso si se instala un nuevo ducto para aguas pluviales, y al habido de aguas negras se le taponan los imbornales y sólo se utiliza para aguas negras; de todas formas por causa de que mayormente en Lanzarote las precipitaciones son rápidas, abundantes de corto tiempo, y porque el terreno suele estar seco que no absorbe agua, o muy poca, y porque existen grandes espacios asfaltados que concentran agua de la lluvia; debido a todo ello, siempre habrán subidas de agua que correrá por algunas calles como por barrancos hasta desembocar en el mar.

El ducto nuevo que se instale únicamente ayudaría a recoger algo de agua mientras llueve, y la que se quede empantanada en las vegas y zonas hondas; y también a que de las alcantarillas no salga hacia fuera agua negra con agua de lluvia y residuos fecales.

En todas la naciones europeas que poseen drenajes por separado, para aguas negras y aguas de lluvia, cuando llueve, las aguas fecales no brotan del ducto hacia la calle, pero por causa de que hay muchas zonas asfaltadas, cada vez que hay precipitaciones fuertes con abundante agua en pocas horas, las ciudades se inundan con mucha más agua que la que se acumula en las calles de las ciudades canarias.

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Apostilla.

Como algo de urgencia, re-pensando en el problema de las aguas pluviales y fecales, creo haber encontrado una solución que podría ayudar a que en las próximas lluvias no se nos inunden las calles de aguas negras, de residuos fecales, de papel de baño y de guantes de goma sexuales.

Como ya he dicho, si bien recuerdo de cuando se estaba instalando el ducto de drenaje allá por los años 1985-90, el ducto que se instaló poseía un diámetro entre 30-40 cm, y se enterró bajo 1.5m.

Si meditamos en ello, dicho ducto o drenaje general, normalmente sin agua de lluvia con sólo las aguas negras que le entran en toda la red, suele estar continuamente cargado a la mitad de su capacidad con aguas negras y residuos fecales, etc.

Entonces debemos pensar que cuando llueve, poca agua absorbe la red, y con la que absorbe, más con las aguas fecales que normalmente ya acarrean, cuando llega el conjunto a las depuradoras las paraliza por exceso de volumen, y en las instalaciones de las depuradoras por causa de que no pueden depurar tanta agua a la vez, abren válvulas y la desalojan hacia el mar, -la de lluvia mezclada con la negra-.

Para eliminar el problema de que cuando llueva no vuelvan a saltar a las calles las aguas negras mezcladas con agua de lluvia, y hasta que se pueda instalar un nuevo ducto para recoger parte de las aguas pluviales; se podría cerrar todos los imbornales de la red habida, con tela de fibra de vidrio y alquitrán, y las tapas de los registros sujetarlas con cuatro pequeños puntos de soldadura.

(Para que la tela de fibra pegue bien sobre los imbornales, se debe limpiar la rejilla, darle una mano gruesa de alquitrán caliente, poner la tela sobre el alquitrán, y luego darle dos manos gruesas de alquitrán sobre la tela).

Con esta acción se consigue que cuando llueva no entre agua de la lluvia en la red y que no se produzca exceso dentro del ducto, porque en caso que entrara mucha agua de lluvia en el ducto, haría saltar el agua negra mezclada con la de lluvia hacia las calles.

Luego, una vez que haya escampado y no se esperen más lluvias cercanas en tiempo, se procede a levantar la tela y el alquitrán de los imbornales habidos en las vegas y zonas de bajo nivel de altitud, para que el agua de la lluvia que se haya acumulado en esos lugares pueda desaguar controladamente por el ducto de aguas negras hacia las depuradoras. Con esto se consigue no ahogar las depuradoras, no contaminar las calles y tampoco el mar con aguas fecales.

PD:. Es posible que con estas medidas las zonas bajas en altitud se inunden de agua de lluvia en poco tiempo; por ello y por seguridad, habría que estar vigilante para sólo destapar cuando sea necesario los imbornales de las zonas bajas.

Dos fórmulas para solucionar el problema de las aguas fecales y pluviales en Lanzarote
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