miércoles. 24.04.2024

Un amplio grupo de trabajadores de un conocido hotel situado en la zona de Matagorda, en Puerto del Carmen, ha denunciado este martes a los medios de comunicación una decisión tomada por la dirección del establecimiento, y que los denunciantes consideran una absoluta injusticia contra una trabajadora que ejerce de camarera de piso y a la que el “descuido” de un cliente le ha salido muy caro.

En el desarrollo de su actividad laboral diaria, explican los trabajadores en el escrito que han remitido a Crónicas, esta "humilde" profesional acudió a la habitación de este cliente a realizar las labores de limpieza y orden sin percatarse de que el huésped había dejado olvidado entre las sábanas un teléfono móvil de última generación, en concreto un IPhone.

Una vez que el cliente se percató de la desaparición del aparato, interpuso denuncia ante la dirección y tras una pequeña investigación para dilucidar lo ocurrido, lograron localizar el terminal en el interior de una de las máquinas del servicio de lavandería del establecimiento hotelero, ya mojado e inservible.

A pesar de que todo ocurrió aparentemente por un despiste de cliente y trabajadora, la dirección del hotel tomó la decisión de atender la denuncia del huésped y ha obligado a la trabajadora a pagar de su nómina la cantidad de 300 euros por el aparato, ya sin posibilidad de arreglo.

Los trabajadores han mostrado su indignación por esta decisión que consideran, "a todas luces, injustificada", ya que se trata de un hecho aislado que debería haber quedado en anécdota y de una trabajadora que ha mostrado en todo momento seriedad y responsabilidad en el trabajo, teniendo en cuenta, además, que en el ejercicio de sus funciones se les impide realizar una revisión exhaustiva de todos y cada uno de los elementos de las habitaciones por la premura con la que las camareras de piso están obligadas a realizar sus labores.

"Contra las injusticias, solidaridad y compañerismo"

Ante esta situación y teniendo en cuenta el estado económico y familiar de la compañera afectada, los trabajadores del hotel han emprendido una campaña de recogida de donaciones entre los más de 90 profesionales del establecimiento para ayudar a sufragar esta especie de castigo hacia la empleada, un total “despropósito” de la dirección del centro, tal y como lo consideran los empleados.

Basándose en el lema “Cuando la injusticia se hace ley, la rebeldía se hace obligación”, los trabajadores quieren dejar claro a la dirección del hotel que no están dispuestos a soportar este tipo de castigos, teniendo en cuenta que están obligados a realizar su trabajo en tiempo récord y muchas veces a un ritmo inasumible, temiendo que de no hacerlo puedan perder su empleo.

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