sábado. 20.04.2024

Sara es una joven lanzaroteña de 30 años de edad que llevaba tres años tratando de quedarse embarazada y tener un hijo con su pareja. Desgraciadamente, acaba de sufrir un aborto involuntario, pero la afectada ha denunciado a Crónicas que la semana pasada se le negó la atención sanitaria. Está casi segura de que el aborto se habría producido también en caso de ser atendida, pero denuncia que incluso este tipo de derechos sociales se están negando en pleno siglo XXI y en una isla como Lanzarote.

Explica que entre el 24 y el 25 de julio pasados ha pasado por una auténtica pesadilla, una de las experiencias más traumáticas de su vida. Tras interponer la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional de Arrecife y la oportuna reclamación ante el Servicio Canario de Salud (SCS), esta vecina de San Bartolomé considera que sus derechos no han sido respetados en el Hospital Doctor José Molina Orosa. A pesar de que se deshace en elogios a la hora de hablar del personal de este centro sanitario, relata una muy mala experiencia con una ginecóloga de guardia en concreto.

Según la versión aportada a este diario por la denunciante, estando de dos meses de gestación, hace unos días sintió que padecía ciertas pérdidas y sangrado vaginal, aspecto que le preocuparon y que le llevaron a acudir a los servicios de urgencia del referido centro. La afectada cuenta que en esta primera estancia en el departamento de urgencias todo fue bien. Fue sometida a una revisión ordinaria y el médico de guardia que la atendió le dejó claro que no debería haber ningún problema, pero eso sí, le advirtió de que, en caso de repetirse este tipo de pérdidas, debería volver a urgencias.

Dicho y hecho: apenas habían pasado 24 horas cuando Sara volvía a sufrir estos sagrados vaginales. Sin pensárselo dos veces, acudió nuevamente a Urgencias en el Hospital Doctor José Molina Orosa. Fue aquí donde encontró al parecer la negativa a ser asistida sanitariamente.

Según explica la joven, la médico de guardia en ese momento le hizo un primer sondeo y consultó con la ginecóloga que estaba de servicio en esa madrugada. Aquí saltó la sorpresa para la paciente, justo en el momento en que regresaba la citada médico de guardia y le entregaba por escrito la respuesta de la ginecóloga, con la que tan solo pudo hablar por teléfono, y que en ningún caso, manifiesta la afectada, llegó a aparecer. "Esta ginecóloga de guardia comunica que la paciente ------ no cumple ni reúne los requisitos necesarios para ser sometida a una revisión". Eso rezaba en el escrito que le entregaron a Sara.

Según detalla la afectada, en urgencias solo le plantearon una posible solución, quedarse toda la noche en uno de los boxes del hospital para ser atendida, en cualquier caso, a la mañana siguiente. En visto de lo poco práctico que a la pareja le pareció tal posibilidad, pues al fin y al cabo no sería atendida y revisada hasta la mañana siguiente, decidieron regresar a casa. Tres horas después de regresar al Hospital Sara sufría un aborto involuntario y perdía a su bebé.

“Lo que denuncio es la negación a la asistencia porque yo no sabía lo que me estaba ocurriendo; y fue muy doloroso seguir con la incertidumbre y los dolores”, ha manifestado la denunciante a esta redacción.

Esta joven asegura que ha oído que con este tipo de negativas sanitarias también se han encontrado otras mujeres de la Isla. Lejos de ganar popularidad o de perseguir un fin económico, sostiene que su intención es que este tipo de "negligencias" no vuelvan a producirse en Lanzarote.

Denuncian a una ginecóloga de Lanzarote por negarse a atender a una paciente embarazada...
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