viernes. 19.04.2024

La presidenta del Cabildo de Lanzarote, Inés Rojas, tachaba estos últimos días de “salvajada” lo ocurrido el martes, Día del Trabajador, en los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT), sobre todo en las Montañas del Fuego y en el Mirador del Río, con motivo de la huelga iniciada ese mismo día por la casi totalidad de los trabajadores de lo CACT. Y es que, según la presidenta, el derecho que tenían éstos a la huelga no podía impedir que los trabajadores que así lo desearan acudieran a sus puestos de trabajo o que por parte de la dirección de la empresa se pudiera abrir los Centros.

Rojas y el resto de directivos de la empresa sostienen que éstos ejercieron su derecho a la huelga “de manera radical e irresponsable”, insistiendo en que los trabajadores “no permitieron que entrasen las pocas personas que han querido hacerlo colocando candados en algunos centros e impidiendo con sus vehículos el libre acceso de las personas a unos Centros que son públicos, de todos los ciudadanos”. Además, han señalado que los trabajadores “se tiraron al suelo y amenazaron y coaccionaron” a todo aquel que quisiera entrar a los Centros en una jornada que pretendía ser de puertas abiertas.

Y sí, es verdad que a lo mejor se radicalizó la protesta pero también es verdad que una jornada de puertas abiertas establecida por el Cabildo de forma unilateral restaría el efecto deseado a esa huelga anunciada desde hace casi un mes por las diferencias existentes entre trabajadores y empresa acerca de un convenio colectivo que al parecer se llevaba negociando desde hace más de tres años.

Creo que coincido con buena parte de los lanzaroteños en que quizás ahora, a un mes de las elecciones, no era el momento de plantear una protesta de este calibre, ni siquiera de poner sobre la mesa reivindicaciones más allá de las puramente sociales que el Consejo de Administración de los CACT aprobó de forma unánime este mismo lunes y que, dicho sea de paso, tienen también el resto de los trabajadores del Cabildo en su convenio laboral, pero si es cierto que han estado más de tres años negociando ese convenio, parece cuanto menos lógico que los trabajadores intentaran tomar alguna medida de acción que acelerara este proceso, como así ha sido, sobre todo cuando se empiezan a conocer algunos datos de lo que algunos políticos hacen con el dinero generado por los Centros gracias precisamente al esfuerzo diario de estos trabajadores.

La presidenta aludía durante esta semana al daño que se podía hacer a Lanzarote, -hay que tener en cuenta que todos los días pasan por los Centros Turísticos una media de 5.000 turistas entre excursiones programadas y visitas privadas, que se han perdido durante los dos días de huelga, y a la repercusión económica debido a la mala imagen que eso puede generar (un estudio de la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias coloca la huelga de Iberia como uno de los motivos de la disminución en la llegada de turistas extranjeros a Lanzarote).

Y tiene razón, pero si atendemos a los “datos preocupantes” que hemos conocido esta misma semana a través de la última auditoría de los Centros, -auditoría que debe ser trasladada sin dilación a los órganos pertinentes para dirimir responsabilidades y que de una vez por todas los políticos aprendan que el dinero público es de todos y que hay que gestionarlo ‘con cabeza'-, que indican, según palabras del consejero de Economía y Hacienda del Cabildo, Luis Arráez, que hay más de un 60% del gasto corriente “que se ha hecho sin expediente de contratación”, a lo mejor esas repercusiones no son tan importantes. Alguien decía que con el dinero que había ‘desaparecido' de los Centros se cubrían las reivindicaciones de los trabajadores de los CACT y puede que sea así.

En cualquier caso sí es verdad que este tipo de protestas perjudican a nuestra principal fuente de riqueza, ya bastante debilitada, y por tanto es preciso llegar a algún tipo de acuerdo que aparque de alguna manera la conflictividad laboral que se vive en esta época en la Isla y que en parte es normal, ya que los trabajadores piensan, y con razón, que a ningún candidato le interesa tener esa campaña mediática detrás de su campaña oficial. Este jueves, después de casi seis horas de reunión con el Tribunal Laboral Canario, mediación que tanto la empresa como los trabajadores aceptaron, se llegaba a un acuerdo que suspendía cautelarmente la huelga y esperemos que definitivamente cuando el lunes ratifiquen ese acuerdo tanto el Consejo de Administración como el Comité de Empresa y el Pleno del Cabildo.

Pero como decíamos en Lanzarote estamos viviendo una época de conflictos laborales que pasa además por los Bomberos del Servicio Insular de Extinción de Incendios, los docentes del Conservatorio de Música, -eternos relegados que se ‘usan' siempre para engrandecer los actos del Cabildo como la reciente Feria del Libro, con una actuación magistral de los alumnos del centro, pero sin compensación en lo que se refiere a un convenio laboral digno que vienen reclamado desde hace también más de tres años-, los empleados del Hospital insular y hasta los Policías locales de la capital de la Isla, pasando por el colectivo de maestros y profesores de educación no universitaria que tienen prevista una huelga los días 11, 21, 22 y 23 de mayo si no llegan antes a un acuerdo con Educación sobre la homologación de estos trabajadores con el resto de funcionarios.

Todos ellos en su ámbito piden lo que consideran justo e intentan hacerlo llamando la atención como es normal cuando se hacen oídos sordos a sus reivindicaciones. Y si no, pregúntenle a los invitados a la apertura de la segunda fase del Cabildo de Lanzarote cómo les quedó el cuerpo cuando vieron la “escandalera” que formaron los trabajadores descontentos del Cabildo.

Quizás sería necesario un poco más de diálogo y menos posturas intransigentes, sobre todo cuando hablamos del Cabildo de Lanzarote, una empresa también de todos los lanzaroteños y no sólo de los políticos de turno. Diálogo y consenso, esa es la clave para una mejor convivencia. Apliquémosla y si para ello es necesario retirar de la primera línea de la negociación a algunas personas, hagámoslo pero intentemos encontrar una solución a todos esos problemas laborales que existen en la actualidad en la Isla y que tanto nos perjudican.

De “salvajadas” y demás conflictos laborales
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