miércoles. 24.04.2024

Creíamos, porque a veces somos un poco ingenuos, que era imposible volver a presenciar la unión de dos antiguos amores del pasado, Don Pepa y el Picudo Rojo, uno representante de lo más mediocre de nuestro sector empresarial y otro subido a su hombro cual ladilla o lapa. Bueno, mejor como ladilla, que no está el horno para lapas. El caso es que después de la experiencia caboverdiana de Don Pepa, que ya se podría haber quedado allí aburriendo al personal con sus luengos discursos que no van a ninguna parte, su vuelta a Lanzarote ha obrado el milagro, y se ha juntado en amor fraternal con su antiguo amigo, el Picudo. Tal vez, y decimos sólo que tal vez, porque ahora el Picudo está en una posición más elevada que la suya, y tal vez porque tendrá que ser Don Pepa el que le lama ahora el trasero. El caso es que nos han dicho que Don Pepa le ha ofrecido un negocio al Picudo Rojo de muchos miles de euros, tal vez millones. Y es que, estimados lectores, jugar al golf parece que le gusta a casi todo el mundo, ya sea en el norte o en el sur de la Isla.

DON PEPA Y EL PICUDO ROJO
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