jueves. 28.03.2024

Desde hace unos años la Isla se ha convertido en referente nacional de eventos deportivos. Estamos muy por encima de la media, sobre todo en lo que tiene que ver con lo que está más de moda, las carreras. El número de participantes ha ido creciendo casi del mismo modo que el número de pruebas. Dice mucho de una sociedad pequeña como la nuestra que se disputen estas carreras y que cada vez haya más gente que quiere participar en ellas, proyecta una imagen de una isla saludable. Pero no todo es deporte. Lamentablemente, siempre hay algunos que se aprovechan de la situación e intentan sacar el máximo partido (económico) a todo.

Se me viene a la memoria la última edición de la Wine Run, una carrera en la que debido al alto coste de la inscripción se sacaron de la manga un eslogan de solidaridad medioambiental: "Salvar a La Geria". Ya han pasado casi seis meses de esa prueba y aún no se sabe dónde se ha invertido ese dinero que iba destinado a ese fin, y si lo han hecho, lo han mantenido en secreto, porque no se ha enterado nadie. Estamos cansados de que nos tomen el pelo y de que se abuse de la buena fe de la gente.

Pero no sólo la Wine Run cuenta con un precio casi prohibitivo. Abusando de la cantidad de gente que quiere correr, las pruebas se han convertido en un lujo que ya no está al alcance de todos los bolsillos. Tengo en cuenta que hay que pagar un seguro, dorsal, camisa, trofeos, avituallamientos..., pero también soy consciente de que esas pruebas no sólo se nutren de las inscripciones, sino que cuentan con la ayuda de instituciones públicas y de empresas privadas. ¿Por qué quieren tantos beneficios cuando además muchas ellas se montan con fines que están en teoría alejados del ánimo de lucro?

No le echo toda la culpa de los organizadores; la dejadez de las instituciones públicas que aportan su ayuda sin llevar un control de la calidad y el coste del evento es palpable. Propongo una especie de baremo para que las instituciones colaboren con las pruebas deportivas, un baremo en el que estén incluidos los costes de las inscripciones. Es decir, que según el tipo de evento y el precio de las inscripciones, puedas acogerte a las ayudas que te aporte la entidad pública.

Debido a este gran auge de “negocio deportivo” se ha disparatado el número de pruebas que se realizan en la Isla, incluso hasta pisándose unas a otras, estableciendo varias competiciones del mismo tipo en la misma semana o incluso en el mismo día. Eso afecta tanto a los organizadores como a los participantes, ya que en muchos casos no les queda otra que elegir entre ambas pruebas. Una solución lógica sería un calendario insular en el que desde enero se sepan todas las pruebas que se van a disputar en la Isla y que se pueden administrar durante todo el año.

Sólo un dato: lo que algunos llaman deporte mueve en España actualmente unos 300 millones de euros al año, y eso está claro que no se le escapa a los que están en este mundillo. La cuestión que deberían plantearse los amantes del running es: correr sí, ¡pero no a cualquier precio!

Correr sí, pero no a cualquier precio
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