La Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas ha condenado a Abdelmajid El Guermez a una pena de 3 años y seis meses de prisión como autor criminalmente responsable de un delito de agresión sexual en grado de tentativa, ocurrido el 7 de enero de 2011 en la zona turística de Playa Blanca, en el municipio lanzaroteño de Yaiza.
La sentencia, notificada este jueves a las partes y a los medios de comunicación por parte del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) tras la vista oral del pasado 17 de enero, estima así la petición de 3 años y medio de cárcel elevada en las conclusiones del Ministerio Fiscal y rechaza la postura de la defensa del procesado, que en su escrito de calificación provisional solicitó la libre absolución de su defendido.
El acusado ha reconocido los hechos en su integridad y, además de la pena de cárcel, deberá, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 192 del Código Penal, ser sometido a la medida de libertad vigilada por un periodo de seis años. Asimismo deberá indemnizar a la víctima en la cantidad de 4.000 euros por los daños morales causados, y no podrá acercarse ni comunicarse con ella por un periodo de seis años.
Hechos probados
La Audiencia Provincial considera probado que el condenado, sin antecedentes penales y privado de libertad por esta causa desde el 7 de enero de 2011, fue el autor de los hechos juzgados. El Alto Tribunal asegura que sobre las 13.20 horas de aquel 7 de enero de 2011 el condenado conducía un vehículo Renault Megane por la Avenida del Faro de Pechiguera, en Playa Blanca, cuando se cruzó con la víctima, que iba andando y se disponía a cruzar dicha vía. El procesado llegó a la rotonda de entrada de Playa Blanca y cambió de sentido dirigiéndose al lugar en el que había visto a ésta y aparcó el vehículo delante del Hotel Dunas, se apeó de éste y se dirigió al camino asfaltado adyacente al Hotel Dunas, al cual también se dirigía la denunciante.
Según la sentencia, el acusado se mantuvo andando delante de ella unos minutos tocándose sus órganos genitales. "Con ánimo de atentar contra su libertad sexual, el acusado se dio la vuelta dirigiéndose hacia ella y cuando se encontraba a su altura, de forma sorpresiva la agarró por los hombros, la empujó, cayendo ésta al suelo y quedándose sentada". Acto seguido el acusado se colocó frente a ella y, flexionando las rodillas, sin llegar a sentarse, restregó su pene por la cara de la víctima, al tiempo que hacía fuerza con una de sus manos para que la chiva abriera la boca y le practicase una felación, sin llegar a conseguir su propósito por la oposición "tenaz y contundente" de la víctima.
