viernes. 19.04.2024

Un estudio publicado recientemente sitúa a las españolas como las mujeres más emprendedoras de Europa. De hecho, se supone que el 22% de las féminas de nuestro país crea su propia empresa y lo hace a los 37 años.

La directora del Centro de Formación Canario, Laura Betancort, ha batido records ya que con sólo 35 años su negocio tiene sedes en Lanzarote, Fuerteventura, Las Palmas y Tenerife. Y eso que es madre soltera de un niño de 3 años. Habría que ponerle su nombre a una calle.

La empresaria lanzaroteña dice que no le sorprende que las españolas seamos las más emprendedoras de Europa porque “nosotras tratamos de dejar atrás tópicos como que no queremos estudiar o salir adelante y sobre todo, el machismo”.

Cuando una mujer se lanza a abrir su propia empresa puede hacerlo debido a varias motivaciones. Está la vocación mercantil propia de muchas chicas pero también existen factores determinantes no tan positivos. El alto índice de desempleo, la discriminación laboral, el bajo reconocimiento a los estudios o las escasas posibilidades para encontrar un buen trabajo para las inmigrantes son algunos de ellos. Laura fue en este sentido una de las más afortunadas ya que su intención a la hora de abrir el centro fue satisfacer una vocación empresarial que la llevó a estudiar esta carrera en la universidad y que ha dado posteriormente sus frutos. “Yo me dedico a la seguridad privada, un sector muy complicado porque es totalmente masculino y todos los dueños de empresas son hombres, por lo que he tenido que luchar contra esa doble dificultad”, explica.

Laura Betancort trabaja en el ramo de la formación, por lo que su trato con desempleados es habitual, lo que le ha dado a conocer que aunque puede haber pequeñas diferencias entre las inmigrantes que quieren montar un negocio y las españolas, todo depende de las circunstancias y posibilidades de cada una.

Baja la edad de las empresarias

Si antes las mujeres esperaban hasta los 42 para abrir su empresa, ahora la edad media es de 37. Laura tiene 35 recién cumplidos y asegura que tiene amigas empresarias de su misma edad que ya se han embarcado ya en la aventura empresarial. En cuanto a los gremios en los que trabajan, van desde la formación hasta las asesorías o consultas médicas. Lo que no es habitual es ver mujeres dedicadas al sector hostelero, al menos, como propietarias de hoteles o complejos. Una de las causas que explicarían la poca afluencia femenina en este gremio es el dinero. Para construir un hotel hace falta una inversión inicial de la que muy pocas chicas disponen. Betancort dice que “las mujeres estamos empezando a caminar en el mundo empresarial y todavía no tenemos ese capital, pero ya lo tendremos”.

Apoyo de la Administración y de la Banca

La empresaria lanzaroteña explica que sí existen ayudas para los menores de 30 años pero en muchas ocasiones resulta complicadísimo acceder a estos créditos. En su caso, recuerda que fue la Cámara de Comercio de Lanzarote la que se volcó con ella y le ayuda en el plano de los contactos. “Yo me lo tuve que currar solita, trabajando en dos empleos mientras iba montando mi empresa”, comenta.

En cuanto al papel de los bancos, dice Betancort que “hablan mucho pero realmente su apoyo no es tal ya que sin avales no te dan los créditos y si tus padres no tienen ese peso económico con el que poder ayudarte, no puedes ni pensar en montar una empresa”. Lo que no ha notado la lanzaroteña es machismo por parte de las entidades bancarias y cree que hombres y mujeres tienen las mismas ventajas y dificultades a la hora de solicitar un préstamo. Comenta que “tú eres un cliente más con el que hacer un negocio”. Piensa que el machismo se nota más dentro del propio empresariado. De hecho, afirma que a ella le sucedió que tratando con el director de una empresa de seguridad éste se negaba a hacer tratos con ella porque estaba convencido de que era la secretaria en lugar de la propietaria del centro de formación. “Me decía que yo, como secretaria, no tenía nada que aportarle hasta que le expliqué que yo era la dueña y que si quería llegar a algún acuerdo, tenía que hacerlo conmigo”, asegura.

Matrimonio y embarazo

Betancort no cree que las mujeres que se toman la molestia de abrir un negocio, lo cierren una vez que se casan o se quedan embarazadas. Dice que “nos queda mucho por caminar y hay determinadas cuestiones en las que vamos por detrás, como cuando tenemos una familia”. Aún así, en su caso no ha supuesto un problema y eso que es madre soltera con un hijo de 3 años. Comenta que “quien quiere puede y yo llevo mis empresas y viajo y participo en congresos; hace días he estado en Bruselas y ahora me voy a Mauritania, así que quien quiere puede”. Sin embargo, reconoce que para poder hacerlo has de tener soporte familiar que te ayude. Además, asevera que “nosotras somos muy tenaces y con lo mucho que nos cuesta llegar a montar la empresa, no solemos dejarla porque nos hagamos madres”.

Betancort anima a todas las mujeres que se estén plateando formar su propia empresa a que se pongan en contacto con la Cámara de Comercio de Lanzarote. Allí puede conseguir toda la información necesaria, pero hay que tener en cuenta que no es sencillo y hay que patear mucho, ir a los bancos, a Hacienda, al notario... Y paciencia, muchas ganas y no perder la esperanza porque una no empieza a ganar dinero en cuanto monta la empresa y a veces pasan años antes de ver los primeros beneficios. Y como recomendación final, Betancort cree que uno de los sectores en los que hace falta más movimiento empresarial es el de la medicina; es necesaria mucha inversión inicial y buenos profesionales pero ahora mismo es el que ofrece más posibilidades de ganar dinero.

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