jueves. 18.04.2024

Por Víctor Corcoba Herrero

Hay que comenzar de nuevo a reescribir los modos de vivir y desterrar del abecedario de la vida el creerse más que nadie, más de lo que se es, y estimar lo que uno vale si gobernase la cultura de la solidaridad. La cuestión de la inmigración ilegal trasciende las fronteras y los gobiernos apenas hacen nada. Son personas que buscan desesperadamente un trabajo para subsistir. Es una decisión obligada por la necesidad de supervivencia en muchos casos. La mercadería de seres humanos, en particular de mujeres menores de edad, niños y niñas, se ha convertido en un activo negocio de lucro global. Se dice que es uno de los más rentables comercios a nivel planetario. Una depredación inconcebible entre humanos, por parte de esta sociedad de consumo, que se aprovecha de la miseria y de la debilidad, sometiendo a estos migrantes a un régimen de terror.

También de nuevo hay que comenzar a reinventar el arraigo a la vida y a vestir las ideas con el lenguaje del universo, donde todo es lo que es, por su conjunto. Corremos el riesgo de ser una sociedad de individuos que no atienden a sus semejantes, a su misma familia humana. Para empezar, todas las guerras son evitables. Quizás sea preciso que se arraigue la tolerancia como virtud y que los derechos fundamentales tomen razón de Estado en todos los estados de la existencia humana. Al fin y al cabo, somos aquello que cultivamos. Por ello, hay que cultivar la vida humana como humana vida. Se ha rebajado esta vida tanto que, el propio ser humano, también es calderilla para algunos. De usar y dejar en la cuneta. Que se lo digan a la legión de excluidos del sistema.

Comenzar de nuevo lo que ya es viejo, los tres tiempos en que se fragmenta la existencia, tiene su miga de esperanza: un presente como acogida, un pasado como lección y un futuro como deseo. Vale la pena esta apuesta. El valor no se sostiene en las palabras, sino en un modo de ser persona, de ser ciudadano del mundo, de todo el mundo. Espigue, luego, esa cultura de donación, de familia humana. El ejemplo español de donación y trasplante de órganos que, en 2008, ha vuelto a confirmar, una vez más, su liderazgo mundial en este campo, tal y cómo viene haciendo de forma ininterrumpida desde hace diecisiete años, es una buena manera de recomenzar haciendo familia. Un camino se emprende con el primer paso y comenzar de nuevo es comenzar a entender. Vale la pena, pues, echar a andar con innovados modos y renovados modales.

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