jueves. 28.03.2024

Por INA

Hablamos de “las circunstancias acaecidas han propiciado este o aquel resultado” (casi siempre, por no decir siempre, negativo), haciendo ver que nosotros no hemos tenido nada que ver con este asunto, está fuera de nuestro alcance, pero por contra si las mismas son favorables de entrada pierden su nominativo y por supuesto el resultado es fruto de nuestro trabajo, preparación y constancia.

Palabra ambigua, en mi criterio, mírese por donde fuere pues de ella depende los resultados que pueden ser satisfactorios o no dando a las circunstancias concurrentes, que siempre son las mismas para uno u otro caso, un significado diferente, de ellas depende también el que apliquemos una solución u otra, veces imprevisibles, veces ignoradas, veces ocultadas pero con una implicación directa en las consecuencias finales a la hora de tomar una decisión, y ¿quién mide las consecuencias de lo que hace? ¿quién valora los hechos finales a priori?. Es un factor tan real como difícil de cuantificar pero de una importancia incalculable para quién tiene una meta marcada, y más si cabe si esa meta es una común a todo un pueblo. Por lo tanto llegará a buen término quién, asumiendo las responsabilidades inherentes a su cargo, sepa encauzarlas minorizando las consecuencias negativas y aumentando las positivas siempre hablando del bien común, sin olvidarnos en este caso de que hablamos siempre al respecto de una mayoría pues siempre habrá quién salga perjudicado por una u otra decisión, de lo que seta trata a la hora de tomar decisiones es de minimizar este efecto. No por todo esto quiero decir que siempre será la opción más votada la más acertada, al respecto ya el tiempo nos dirá; pero mientras esto llega debemos respaldar entre todos las decisiones tomadas respetando hayan sido tomadas entre los representantes del pueblo en su misión como tal.

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