1.-Casimiro Curbelo, en solfa desde aquel incidente de Madrid, ha visto cómo su partido le da la espalda. Craso error, uno más del PSOE, porque Casimiro en La Gomera, barre, se presente a las elecciones por el partido que quiera. Ahora supongo que aspirará por libre al Cabildo de la isla y arrasará, como siempre. Hay tipos con carisma –Dimas en Lanzarote, Casimiro en La Gomera, Antonio Castro en La Palma— que para la política no mueren nunca. Siempre están ahí. El PSOE no va a encontrar un candidato mejor, incluso con los problemas que ha tenido y que puede tener Casimiro. Otro error de los socialistas, que se autodestruyen un día sí y otro también. En La Gomera la gente acepta, con sus cosas, a Casimiro Curbelo y mientras él esté no habrá otro. El PSOE ha nombrado una gestora que sustituya a la Ejecutiva insular y ha cometido un nuevo error, dejando fuera al líder gomero.
2.-Ya se escribe en este diario sobre la “cocreta” de una tal Belén Esteban en un programa de Tele 5 llamado Gran Hermano VIP, que de VIP tiene poco, pero bueno. La hortera nacional se pasó toda una noche hablando de las “cocretas”. Incluso se llegó a dudar ayer que la Academia hubiera admitido la voz, pero no, no lo ha hecho, entre otras cosas porque “cocreta” es muy difícil de pronunciar. A este paso, Tele 5 se convertirá en el paladín de la incultura nacional en un país en el que lo inculto vende muy bien. A mí me da vergüenza ver este canal, la verdad.
3.-Paulino Rivero prepara su discurso del Día de la Nacionalidad Canaria. El presidente tiene un Gobierno sin una sola imputación y esto es un timbre de gloria. La honestidad ha presidido su gestión. Quizá por eso lo han dejado fuera de la competición. Qué asco da a veces la política. El presidente creo que va a decir cosas muy importantes y sabrosas en su intervención. Que no se corte y que diga lo que piensa, que autoridad moral para ello tiene de sobra. Paulino Rivero seguirá trabajando hasta el último día de su mandato. Como debe ser. Lo que no está claro es su futuro. A sus leales les ha dicho que hay que esperar. Puede que esperar a que se estrellen los clavijistas, que no van a dar pie con bola. Ya lo verán.