sábado. 20.04.2024

Por Andrés Chaves

1.- En círculos periodísticos madrileños -los de siempre- se habla de la crisis de los medios de comunicación. La caída de la publicidad, brutal, pone en peligro miles de puestos de trabajo. Los principales medios de comunicación nacionales están sumidos en graves problemas. La deuda de Prisa -El País- es tremenda y se habla de que serán despedidos de la compañía unos 600 trabajadores. Ya estuvo el periódico a punto de no salir la semana pasada, a causa de una huelga seguida por el 90% de la plantilla. Se ha querido disfrazar el conflicto de que la empresa quiere trasladar medio centenar de trabajadores a una filial que explotará la publicidad, pero lo cierto es que los sindicatos temen que esta acción sea el principio de una operación para sanear la plantilla. Lo mismo ocurre en El Mundo, que despedirá a unos 450 empleados, y en el Grupo Zeta, que se encuentra en venta, sin que nadie muestre verdadero interés por comprarlo.

2.- Otros medios regionales presentan graves problemas financieros. Desaparecida La Gaceta de Canarias, varios periódicos isleños corren peligro de caer. También ha descendido la publicidad en la televisión y sólo la radio, aunque a duras penas, parece sobrevivir a la crisis, que se acentuará en los primeros meses del año que comienza. En realidad, un medio de comunicación subsiste gracias a lo que se llama "la cuenta de la vieja". Dos ingresos fundamentales, publicidad y ventas (también existe algún otro llamémoslo atípico) y gastos muy concretos: personal, distribución, papel, agencias y otros de menor entidad. Equilibrar ingresos y gastos en un medio de comunicación es tremendamente difícil. Sólo los más ahorradores se mantienen. Las promociones venden menos y, como era de esperar, subsisten los medios que aciertan con la información y con los gustos del lector. Las nuevas aventuras periodísticas casi siempre abocan al fracaso. Si lo pasamos al idioma coloquial, es malo -en medios de comunicación- echarse los pedos más altos que el culo. Lo sé por experiencia.

3.- La crisis de El País no es más que el final de un ciclo. La empresa que fundó Polanco no ha sido capaz de resistir los costos de la televisión y de todo lo que la rodea. La televisión se lo come todo. El País como periódico podría subsistir por sí solo, pero el grupo lo va a devorar. Con otros poderosos conglomerados mediáticos españoles ocurrirá lo mismo. Se queman etapas sociológicas en este país y todo cambia, incluso lo que creíamos que no iba a cambiar jamás. A lo mejor es que había que ser más humildes.

[email protected]

Casi todos caen
Comentarios