viernes. 19.04.2024

Por Jesús M. de León Tabares, maestro y delegado de personal por STEC-Intersindical Canaria

Sra. Consejera:

Comenzaré esta carta asegurándole que la he escrito yo mismo y que no he necesitado de asesores que me digan qué decir y qué no decir.

Soy maestro y llevo en esta profesión 18 años. A lo largo de este tiempo he visto desfilar por la consejería de educación a muchos políticos, alguno de los cuales, de infausto recuerdo para la educación canaria, se sienta junto a usted en el consejo de gobierno. Después de obtener el título que me habilitaba para la docencia, tan pronto como empecé a impartir clases, he dedicado mucho tiempo a continuar mi formación. Acumulo un par de miles de horas en cursos de formación, todos ellos fuera de mi horario de trabajo. Además de todo esto, soy delegado de personal en la junta de la provincia de Las Palmas. Me considero una persona comprometida con mi trabajo y con la sociedad que me rodea y todo ello lo hago no por obligación sino por devoción y vocación.

Los políticos pasan pero los trabajadores quedamos. Así es la vida. Ya estamos acostumbrados. Llegan con mucho ímpetu, preocupándose única y exclusivamente por su cargo, por su sueldo, por su partido, por las próximas elecciones. En realidad, les debe importar poco todo lo demás. Si mientras están en la política ganan tres o cuatro veces más de lo que ganan en la “vida civil”, es lo lógico. Y no dependen de nadie para “actualizarse” el sueldo.

De haber alguien que se preocupe por el alumnado, somos los docentes. Yo respondo directamente de mi labor ante padres y madres de alumnos prácticamente a diario. Se conciertan citas, se intercambia información, tratamos entre ambos de buscar soluciones a los problemas. Trabajamos. Así que, cuando usted decide enfrentar a padres y madres con el profesorado está haciendo un flaco favor a la educación. Está tratando de echar balones fuera y no le importa quién caiga.

La pésima cobertura de bajas, las tristes condiciones de muchos centros educativos, la imposibilidad de aplicar programas de apoyo al alumnado necesitado, el desvío de ingentes cantidades de dinero público a financiar a escuelas privadas, el desastre de las oposiciones del pasado verano, ... no son responsabilidades de los docentes ni de los padres. Son su responsabilidad y lo ha sido de su partido desde hace muchos años. Sin embargo, de todo esto no dice nada en su carta.

Las personas que le asesoran no deben de haber pisado jamás un aula. ¿Usted ha pisado alguna vez un aula? ¿Conoce o se hace idea de la problemática que encierra este trabajo? Pregunte a tantos compañeros suyos de partido que han huido de la tiza, alguno sentado junto a usted en el consejo de gobierno. Voy a ahorrarme la lista de políticos-docentes de Coalición Canaria que en Lanzarote, sin ir más lejos, están ganando su sueldo lejos de las aulas. ¿Ninguno le ha dicho que usted ha metido la pata? ¿O es que el nirvana en el que están instalados les impide mirar hacia abajo, a quienes seguimos día a día peleando por una escuela canaria pública y de calidad?

Para terminar, le recomiendo que pida disculpas. Mejor, ponga su cargo a disposición de don Paulino. En su intento por esconderse de su responsabilidad, ha puesto en su contra a todo el personal docente. Yo no creo que me olvide nunca de su nombre ni de lo que ha hecho.

Reciba un cordial saludo de un subordinado.

Carta abierta a la consejera de Educación
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