Por Federico Toledo
El motivo de escribirte esta carta abierta es la enorme preocupación que ahora mismo existe en gran parte del empresariado lanzaroteño, muchos de ellos plenarios de la Cámara de Comercio de Lanzarote.
Es cierto, la Cámara de Comercio vive momentos de incertidumbre que pueden marcar el devenir de su historia y que preocupan a todos. La oscuridad y falta de trasparencia que hasta el momento ha rodeado a tu candidatura empieza a tener tintes más que preocupantes ya que, en el actual proceso, la primera institución empresarial de la isla no puede permitirse el lujo de quedar marcada bajo la sospecha de la falta de independencia de cualquier tipo de poder.
Las presiones ajenas al sector empresarial, las maniobras en la sombra y las decisiones impuestas sin debate ni opinión interna, que hasta ahora te han caracterizado, rompen con las líneas del juego limpio tan importante en el consenso empresarial, y lo que es peor, anuncian una presidencia de la cámara durante los próximos cuatro años, cuanto menos, opaca y autoritaria.
Son errores básicos que minan la confianza de los empresarios y que al final han terminado provocando grandes dudas sobre la idoneidad de tu posible presidencia. Como yo, muchos son los empresarios que, en defensa de los intereses de nuestro sector, consideramos que la Presidencia de la Cámara de Comercio de Lanzarote debe ser dirigida bajo un liderazgo sólido y consensuado, independiente, y sobre todo, transparente y claro.
Querido Pepote: El liderazgo se gana, no se impone; la independencia se demuestra y la transparencia no es una opción que puedas elegir, es una exigencia y una obligación que tienes para con todos los empresarios de esta isla que democrática y legítimamente quieren saber cómo llevarías la Cámara de Comercio, con quiénes quieres contar en tu futuro equipo de trabajo y cuáles son los objetivos que te propones alcanzar.
Te pido Pepote, que des un paso a un lado, y que los plenarios de la Cámara de Comercio nombren a un presidente transparente y de consenso; debemos arrojar luz al proceso, y tomemos una decisión sería y consensuada.
Creo honestamente, y por eso lo manifiesto de forma pública, que en unas circunstancias económicas tan difíciles para la Isla, la Cámara de Lanzarote no puede tomar decisiones equivocadas. Es más, aún estamos a tiempo de no cometer errores de los que nos podamos arrepentir durante los próximos cuatro años.
Un saludo
