jueves. 25.04.2024

Por J. Lavín Alonso

¡Y de que manera! Pocas veces tiene uno ocasión de ver en acción, y ante las cámaras, a un político en el que se aúnen la altanería rampante, la demagogia desmelenada y la retórica envolvente, cargada de sofismas y, a la vez, totalmente huera. Confieso que este insólito cóctel genera - al menos en mi caso - una amalgama de sentimientos entremezclados, en parte de desdén y en parte de diversión, con una pizca de asco entreverado. Cuestión de opiniones, of course. Ese fue el caso de la aparición de Carod-Rovira, días atrás, en el programa “Tengo una pregunta para usted”, que en algunas ocasiones, cual la referida aquí, debería llevar por subtítulo “Y yo tengo una respuesta bizantina para usted”.

Cierto es que en el caso del Sr. Carod, éste tuvo la suerte de habérselas con interrogadores de escasa enjundia, en algún caso rozando incluso la dislexia, y con limitada capacidad de contrarréplica, lo cual, no solo resulta algo sospechoso, sino que permite al replicante - y no estoy hablando de “Blade Runner” - lucirse en una serie de respuestas marcadamente retóricas, criptoxenófobas, demagógicas y victimistas, no exentas de de una pretendida bonhomía, mas falsa que los euros de madera. Como se nota la influencia del materialismo dialéctico.

En una palabra, que el vice de la Generalidad, con los debidos respetos, se despachó a modo y prácticamente sin resistencia. También, en un alarde flema, se mosqueó cuando lo llamaron José Luís ¿Es que acaso no se llama así en español? De haber contado con otra clase de interrogadores, sospecho que no se hubiese ido tan de rositas, ni hubiese hecho gala tan impunemente de su profundo y detestable antiespañolismo. Supongo que se trata, una vez mas, del peaje que hay que pagar a la fuerza por una política tan de agachismo apaciguador como la adoptada por el gobierno ante los ataques del nacionalismo ramplón de este y otros ejemplares de la fauna secesionista que nos ha caído en desgracia. Todo sea por mantener a ultranza una mayoría artificial en el Parlamento.

Carod responde...
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