jueves. 28.03.2024

¿Puede un león estar en un suelo de cemento, casi obligado a estar acostado por falta de hueco y sin la posibilidad de remojarse? Una cosa es estar en cautividad y otra, en una cárcel de animales. Así, al menos, lo plantea Nato Torres, encargado de la fauna del Rancho Texas Park, con más de treinta años de experiencia en el cuidado de animales, y con una curiosidad personal que le ha llevado a visitar prácticamente todos los zoológicos de España, Francia y Portugal. Asevera que se ha encontrado centros en los que según ha pisado la entrada ha vuelto a salir porque “no tenía ganas de ver animales sufriendo”. Explica para Crónicas que obtener una licencia para abrir un parque con animales exóticos no es fácil y que en el caso del establecimiento lanzaroteño, los clientes son los que tienen la posibilidad de verificar que las especies que allí se encuentran están en las mejores condiciones.

Dice Torres que “la situación de muchos zoos es penosa porque lo que no se puede hacer es poner una jaula en la que el animal no esté en su hábitat natural”. Explica que “ya que el león o el oso o lo que sea va a estar en cautividad, lo mínimo que tienes que hacer es adaptarle su estancia a su modo de vida”. Dice que hay en nuestro país parques realmente geniales como Cabárceno o Fuengirola, que disponen de cientos de hectáreas para que los animales puedan hacer una vida medianamente parecida a lo que sería en libertad y otros, como por ejemplo, el zoo de Madrid, que dada su antigüedad, no tuvo en cuenta lo que la legislación requiere. Pero en su opinión hay otros zoológicos que ni siquiera están en condiciones de ostentar ese nombre ya que habría que denominarlos “cárceles de animales”. Explica que “está todo hecho con hierro y cemento, con rejas, donde un chimpancé o un tigre se tienen que sentir como en una prisión” y asegura que personas competentes en la Administración le han asegurado que se van a cerrar 26 establecimientos entre la península y Canarias. Según Torres, “Han convertido esos zoos en circos ambulantes en los que las circunstancias en las que vive la fauna no se parecen en nada a lo que precisan”. Explica que “nosotros estamos empezando y en los 4 años que llevamos, hemos querido que los animales estén en su hábitat natural”.

Centros poco rentables

Una de las explicaciones más esgrimidas por los responsables de los zoológicos acusados ha sido la falta de rentabilidad. Explican que hacen lo que pueden con el dinero que tienen; algo que Torres no acepta ya que en su opinión, “estos negocios, siempre que estén bien gestionados, dan dinero”. Dice que “tampoco se puede decir, como hacen algunos, que o los tienen así o deberían sacrificarlos” y que la Ley tiene que ser contundente con estos individuos. Cree que en estas circunstancias habría que incautar a los animales, que otros centros, que reúnen las condiciones necesarias, recogerían de mil amores. Lo que en ningún caso deben hacer los responsables de estos negocios es aceptar animales que no van a poder cuidar.

Licencias

Para abrir un establecimiento como el Rancho Texas Park hace falta pasar por una serie de instituciones, que son las que tienen que garantizar que se van a hacer las cosas en condiciones. Como nos cuenta Torres, lo primero que hay que conseguir es el permiso del Ayuntamiento para disponer del terreno.

Después de lograr ese consentimiento, hay que ir a Medio Ambiente, que revisará la disposición y será la entidad que decida si realmente ese centro puede o no ir donde se ha planeado. “Tú no puedes romper la estructura de una Isla por montar un parque”, dice Torres. Además, tiene que ir un técnico de Sanidad del departamento de animales, que será el que observe las instalaciones y dé el visto bueno final.

Aún así, reconoce el profesional, con más de 30 años a sus espaldas en el trato con animales, desde que comenzará en el emblemático Palmitos Park, que en Canarias hay zoos que parece que no han pasado por todas estas revisiones. Dice que al menos hay cuatro, aunque no quiere especificar cuáles.

Entre los problemas que ha visto en ellos cita que los animales no están atendidos, viven en suciedad, no están en el hábitat correspondiente, no pueden moverse o no disponen de agua o vegetación.

El encargado del Rancho Texas Park explica que sí se hacen inspecciones y que de hecho, ahora se ha creado un departamento del Gobierno de Canarias específico para ello. Se llama Seguridad y Bienestar del Animal y es en este momento cuando se está cubriendo un punto que “siempre ha estado en el aire”.

Elección de los animales

A la hora de seleccionar los animales hay que buscar un equilibrio entre aquellas especies que puedan ser del interés del público y a la vez sean capaces de adaptarse a las condiciones del lugar. Torres comenta que “un zoológico normal debe tender a disponer de todos los animales, sobre todo los más espectaculares, y que luego sea el público el que vaya mostrándote a través de sus sugerencias qué le gusta más y qué le gusta menos”.

Y en ese sentido, invita a los usuarios de los centros en los que haya animales a que denuncien si acuden a algún lugar en el que vean que las fieras no están en una situación adecuada. De hecho, reconoce que él ya lo ha hecho y que ha llegado a salirse de un zoo en el que sólo con echar un primer vistazo, ya se dio cuenta de que sólo iba a ver sufrimiento. Asevera que hay que reclamar porque todos los ciudadanos pueden y deben evitar estas situaciones y que “si uno paga para ver un parque, lo hace para contemplar a los animales en las mejores condiciones”.

Cárceles de animales
Comentarios