jueves. 18.04.2024

Fotos: Dory Hernández

Canarias cuenta en su haber con apenas 1.000 unidades de la especie protegida avutarda hubara, de las cuales alrededor de 700 se encuentran en Lanzarote y que está considerado el ave más grande del Archipiélago. El ave, cuya subespecie endémica del Archipiélago está en peligro de extinción, tiene como principales enemigos los tendidos eléctricos y los todoterrenos. Su hábitat, que antes también se encontraba en Tenerife y Gran Canaria, se reduce hoy a las islas de Lanzarote y Fuerteventura, y se ha ampliado en estos cuatro años de trabajo la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

Estas son parte de los resultados del proyecto Life de conservación de la avutarda en las Zonas de Especial Protección para las Aves de Canarias (ZEPA) que Seo/Bird (Sociedad Española de Ornitología) presentó este martes en las instalaciones del hotel Lancelot de Arrecife y que parten de un trabajo que comenzó en el año 2003 y finalizó en 2007. El consejero de Política Territorial, Medio Ambiente y Patrimonio Histórico en funciones del Cabildo de Lanzarote, Mario Pérez, asistió a esta presentación del proyecto Life de Naturaleza “Conservación de la avutarda hubara en las cepas de las Islas Canarias”, con el que la primera Institución de la Isla lleva colaborando tres años.

Junto a Pérez se encontraron actuando de ponentes el gerente de Medio Ambiente del Cabildo de Fuerteventura, Antonio Gallardo, el director ejecutivo de Seo/BirdLife, Alejandro Sánchez, y la delegada territorial de Seo/BirdLife en Canarias, Cristina González.

200 hectáreas de terreno en Fuerteventura para proteger el ave

La avutarda Buhara, cuya subespecie endémica del Archipiélago canario está en peligro de extinción, se ha beneficiado estos últimos cuatro años de un proyecto de conservación desarrollado por Seo/BirdLife gracias al apoyo financiero del Programa Life de la Unión Europea.

Las actuaciones se han desarrollado en las ZEPA de Lanzarote y Fuerteventura, contribuyendo además a la conservación de otras poblaciones de aves esteparias amenazadas como el corredor sahariano, el alcaraván común o la ganga ortega. Dentro del conjunto de medidas adoptadas para su conservación se ha adquirido la finca El Cercado de El Jarde en Fuerteventura, con más de 200 hectáreas.

El principal objetivo del proyecto ha sido poner en marcha una serie de medidas para la conservación efectiva de la avutarda hubara y su hábitat. Entre ellas se encuentra la elaboración de un nuevo Plan de Recuperación de la especie, que deberá ser aprobado por el Gobierno de Canarias. También incluía la compra y creación de una reserva integral en Fuerteventura, dentro de una ZEPA, garantizándose así la conservación de un lugar prioritario para la avutarda Buhara, al mismo tiempo que permitirá realizar numerosas investigaciones sobre esta especie.

La inversión total ha ascendido a 1.558.321 euros, de los cuales el 75 por ciento (1.168.741) procede del Programa Life y el resto lo aportan Seo/BirdLife, el Cabildo de Lanzarote, la Consejería de Política Territorial y Medio Ambiente del Gobierno de Canarias y la RSPB (BirdLife en el Reino Unido con la colaboración de Swarovski). También se ha contado con la colaboración del Cabildo de Fuerteventura.

“Nuestra total oposición al Plan Parcial de Montaña Roja, el campo de golf y las urbanizaciones que se quieren construir allí, al lado de una zona ZEPA, porque este es el tipo de desarrollos que en una Reserva de la Biosfera deberían evitarse”, aseguró Sánchez en el transcurso de su intervención.

Reserva para la conservación

Los problemas existentes en su hábitat justifican que la compra de terrenos haya sido uno de los principales objetivos del proyecto Life para la conservación de este ave endémica del Archipiélago y única en Europa. La adquisición de la reserva se hizo efectiva en mayo de 2005 por un total de 781.315 euros.

A lo largo de los últimos años el modelo económico desarrollado en Lanzarote y Fuerteventura, basado en la actividad turística, ha traído consigo una transformación relevante de los distintos hábitas de estas islas, cambios que fraccionan un territorio escaso con un equilibrio ecológico muy frágil. Con la adquisición de la finca de El Cercado del Jarde, Seo ha aplicado una solución contundente ante las nuevas presiones y cambios de uso que está recibiendo el territorio.

En la isla de Lanzarote la ZEPA se ha extendido al Rubicón, Guatiza y Jables de Famara, encontrándose con anterioridad en Timanfaya, Los Ajaches y el Archipiélago Chinijo, aunque en Lobos y Alegranza no se han encontrado estas aves. Famara es la zona más importante de Canarias en cuanto al número de avutardas.

En Lanzarote esta especie ha mejorado, en La Graciosa se mantiene en equilibrio, al igual que en Fuerteventura y en estos cuatro años las lluvias han favorecido la cría.

Mario Pérez manifestó que el hecho de que “haya aumentado el número de hubaras no es sólo una satisfacción sino un reto”. Propuso además, líneas de vigilancia medioambiental y seguir colaborando con el Cabildo de Fuerteventura en la realización de este tipo de acciones.

Mortalidad por tendidos y otras amenazas

El estudio de la incidencia de los tendidos eléctricos sobre las poblaciones de Buhara y en general sobre las comunidades de aves de ambas islas, ha constituído otro objetivo importante del proyecto que culmina en estas fechas.

Bajo los tendidos que discurren por los ambientes esteparios de las dos islas orientales se hallaron 628 cadáveres pertenecientes a más de una treintena de especies, muchas de ellas amenazadas y con poblaciones reducidas tanto en Fuerteventura como en Lanzarote. Con estos datos, los tendidos eléctricos se convierten en una de las principales amenazas para la conservación de las aves de Canarias, lo que requiere la adopción de medidas urgentes que eviten esta elevada mortalidad.

Entre Lanzarote y Fuerteventura hay alrededor de 400 kilómetros de tendido eléctrico. Se pretende eliminar la mortalidad de las aves por esta causa incluso apelando a la Comisón Europea si se estimase necesario ya que más del 15% de la población de avutarda se ha visto afectada.

Por otro lado, aparte de contribuir a su conocimiento por medio de censos, evitar las molestias en sus áreas más importantes ha ocupado gran parte del tiempo a los vigilantes con los que ha contado el proyecto en ambas islas.

Por medio de la señalización de dichas áreas y de una importante campaña de información y sensibilización se ha pretendido reducir las principales perturbaciones e incidencias en el hábitat de la especie. La emisión de spots en aviones, televisiones y radios, junto con la edición de material como folletos, postres o pegatinas han servido de apoyo a dicha labor, aunque lo más importante haya sido acceder a más de 8.500 escolares a los que se les ha intentado transmitir la necesidad de proteger la Buhara y su hábitat. Como complemento, también a través de touroperadores, guías turísticos o personal de hoteles se ha intentado concieniar a los visitantes para que eviten desarrollar acciones que perjudiquen los ambientes esteparios

Canarias cuenta con apenas 1.000 ejemplares de la especie avutarda hubara, el ave más...
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