Por Andrés Chaves
1.- No me interesan para nada las polémicas periodísticas. Quiero decir que estas diatribas sólo las leen los interesados y cuatro más. La polémica es tan vieja como el periodismo, pero francamente ha pasado de moda. Ahora bien, a título informativo, y en calidad de persona pública (fue director de un medio y ahora ejerce de columnista en ese periódico), les voy a contar quién es un tal Fernández Cabeza de Vaca , que dirigió durante años (desde 1976 a 2006) el "Diario de Avisos". Yo fui fundador de ese periódico en su etapa tinerfeña. Y lo de fundador me refiero a que fui uno de los primeros contratados de su redacción, accionista, luego jefe de sección, redactor-jefe, subdirector y consejero. Voy a hablar de este señor a partir de mi experiencia con él. Y si alguna vez lo llamo godo, y probablemente lo haré, advierto a mi amigo -y su abogado- José Domingo Gómez que ser godo es una actitud, no necesariamente una procedencia.
2.- Cabeza de Vaca vino de la agencia Europa Press. Se trajo a tres individuos, dos de los cuales han muerto (Charli Bernal yChema Macarrón ), más un tal Quini . Entre los tres montaron al periódico una huelga salvaje, alentada por el Partido Comunista, que estuvo a punto de acabar con él, a los pocos meses de iniciar su trayectoria. Cabeza de Vaca no secundó la huelga, que costó al periódico muchos millones de pesetas. Los dejó en la estacada. Yo saqué el diario a la calle, en compañía de algunos canarios. Me ascendieron a redactor-jefe. Cuando el golpe de Estado de Tejero, Cabeza de Vaca estaba en Madrid. Sólo telefoneó una vez para decirme que no condenáramos el golpe. Me senté en la máquina de escribir (yo era director en funciones) y con otros compañeros redactamos uno de los pocos editoriales que aparecieron esa noche en la prensa española repudiando la acción de Tejero y haciendo un canto a la democracia. Cuando todo acabó, él presumía de haber sido el inspirador del editorial. Estaba metido debajo de la cama. Las hemerotecas y los compañeros de entonces pueden certificar lo que digo.
3.- Quien no puede corroborarlo, por desgracia, es Pedro Modesto Campos , presidente entonces del periódico. Se encontraba en el extranjero y siguió paso a paso los avatares del editorial. Sí lo puede constatar Pepe Capón , a la sazón consejero-delegado del Diario y gran amigo mío. ¡Cuántas reuniones en el restaurante "La Riviera" con ambos para pedirme que el "Diario de Avisos" saliera temprano a la calle porque Cabeza de Vaca se enrollaba cada noche con los teletipos y perdía un tiempo precioso! Fíjense cómo es este personaje: estuvo más de un año cerrando muy tarde, con el presidente yugoslavo Tito enfermo, por si se moría y no pudiésemos darlo en primera página. El periódico dejó de vender miles y miles de ejemplares por llegar a deshora a los kioscos y Tito se murió un domingo por la tarde. Entonces los diarios no salían los lunes. Es sólo una pequeña muestra del perfil de este mentecato. Tengo toneladas de cosas para escribir, pero hoy no me caben. Otro día. (José Domingo, consulta el María Moliner : mentecato no es necesariamente insultante).