martes. 16.04.2024

Se ha podido ver en estos días cómo 2 millones de jóvenes procedentes de los cinco continentes, acudieron a Madrid para compartir su fé y dar testimonio de ella. A pesar de lo que supone para una ciudad semejante invasión de personas, las jornadas transcurrieron con normalidad, sin incidentes que lamentar excepto algún brote minoritario de inconformes que quisieron hacerse notar sin conseguir menoscabar el ambiente de alegría que contagiaban los peregrinos de todo el mundo.

Las imágenes que hemos visto de esos actos multitudinarios en los que era evidente la fé y los valores que motivan a éstos jóvenes, nada tiene que ver con las imágenes de "los botellones" y fiestas de todos conocidas protagonizadas por otros también jóvenes pero movidos por otras razones. Se lo pasaron bien, pero sin resacas de ningún tipo. Regresan a sus ciudades pletóricos de ilusión y con ganas reforzadas de seguir viviendo sus ideales, con Cristo como hermano y compañero de camino, a pesar de que insista José Blanco en lo del estado laico y Pérez Rubalcaba en quitar crucifijos. Cuando se ignora a Dios, se destruye el hombre.

Lourdes Camps

CONTAGIANDO ALEGRIA
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