El vinagre y el aceite casan bien para las ensaladas. Pero no vale cualquier vinagre. Tiene que ser de calidad. El Vinagre del que les pasamos a contar una curiosa historia es del malo, del que estropea todos los guisos. Les contamos la historia de una joven con aspiraciones en el mundo de la política que acaba de aterrizar en determinado partido y que quiere progresar. La joven promete, desde luego, porque tiene lo que hay que tener para triunfar en el depauperado mundo de la política. Sin embargo, la pobre se ha tropezado de lleno con un avinagrado personaje de esos que tanto abundan por estos pagos de Dios que le está haciendo la vida imposible. Nos cuentan que la mujer está perdiendo la paciencia, y que como las cosas sigan así va a armar Troya II. Estaremos atentos y se lo contaremos.
