Los trabajadores de CCOO (Comisiones Obreras) y UGT (Unión General de Trabajadores) se concentraron este lunes en las puertas de las instalaciones de sus oficinas de Arrecife bajo el lema “No más Muertes en las costas”. La decena de asistentes guardaron un minuto de silencio para manifestar su solidaridad con la situación de los inmigrantes que llegan a las costas del Archipiélago, después de que este fin de semana se produjeran tres muertes más de inmigrantes ahogados entre África y Canarias.
Uno de los fallecidos fue encontrado en las costas de Lanzarote en la mañana del sábado, cuando la policía local de Haría se hizo cargo del cuerpo, que se podría tratar del un joven magrebí al que las corrientes arrastraron hasta la costa. La otra víctima apareció el día anterior en Tenerife a bordo de un cayuco, en el que se encontraban otros inmigrantes, que aseguran que existe un tercer fallecido, que fue arrojado en alta mar.
El asesor técnico del CITE (Centro de Información a Trabajadores Extranjeros) de CCOO, Mousa Nying, fue el portavoz en esta concentración, que quiso denunciar públicamente las muertes de los inmigrantes, y también las deficiencias que según la organización contiene la actual Ley de Extranjería, que debería “cambiar en profundidad”.
Esta reivindicación se suma a las que ya llevan haciendo hace meses los trabajadores de estos sindicatos, que solamente en el mes de julio se reunieron públicamente en dos ocasiones más ante la afluencia de embarcaciones con inmigración ilegal que estaba llegando al litoral canario, y a las consecuentes víctimas mortales derivadas de la mala situación en las que les obligan a viajar.
Para solucionar el problema, CCOO-Canarias quiere que se reconsidere la política de visados, cupos, sistemas de entrada y regularización por régimen general. Sobre todo piden que se intensifiquen las políticas de actuación en origen y se establezcan planes de desarrollo y cooperación con los países que mayor número de emigrantes registran en estas condiciones infrahumanas.
De esta manera están seguros que se podría evitar la muerte de las personas que deciden arriesgar sus vidas en los cayucos, pero también se trata de crear mejoras en las condiciones en las que viven en sus países para que no tengan la necesidad de huir, y las del lugar de acogida para que las políticas de repatriación o de integración sean más dignas y acordes con los derechos fundamentales sobre el control de fronteras.
