El jefe de gabinete del Gobierno de Canarias, Fernando Ríos, hijo del histórico dirigente nacionalista Victoriano Ríos, fue el encargado de cerrar este jueves las Jornadas Nacionalistas de Coalición Canaria que a lo largo del último mes se han celebrado en la Sociedad Democracia.
La última de las cuatro ponencias sobre el contenido del nacionalismo canario versó sobre el autogobierno y la reforma del Estatuto de Autonomía, como explicó en declaraciones a Crónicas el portavoz de CC en San Bartolomé, Juan Antonio de la Hoz.
Los argumentos de los nacionalistas ya no son nuevos. Con la reforma de la norma suprema de la Comunidad Autónoma quieren conseguir que “se considere a Canarias como una unidad archipelágica, con su mar y su cielo”. De esta forma, cobraría legitimidad la transferencia a Canarias de las competencias portuarias y aeroportuarias por parte del Estado.
No se quedan allí los defensores de un mayor autogobierno, que apuntan más a un modelo federal que autonómico. También exigen que las Islas puedan gestionar asuntos considerados de vital importancia como la inmigración, el comercio exterior, la sanidad exterior y el control de las aguas interiores del Archipiélago, que en la actualidad son consideradas internacionales a excepción de una pequeña circunferencias en torno a cada una de las islas.
Del dicho al hecho...
Del dicho al hecho hay un trecho, como se suele decir. Y aún en el supuesto de que las competencias que anhelan los nacionalistas sean finalmente transferidas a la Comunidad, no estará allí el reto. Lo complicado es gestionar esas responsabilidades que se piden, y para ello es necesario tener financiación. Ya sucedió con la sanidad y la educación, cuyas transferencias acarrean aún a día de hoy una deuda histórica de Madrid con Canarias. “Nos pasaron las competencias, pero no el dinero”.
“España no nos está regalando nada”, explicó la postura nacionalista De la Hoz. “Entre el IRPF, los impuestos que pagan los empresarios canarios a Hacienda”, y otros tributos, se configura “una suma mucho mayor de lo que nos paga a nosotros el Estado”. “No estamos pidiendo limosna, sólo lo que nos corresponde por derecho”.
