viernes. 19.04.2024

Por Pablo Moscoso

¡Ya iba siendo hora!

Ya iba siendo hora de que el hartazgo ciudadano con la clase partidista española se materializara en algo más que el desfogue de una charla entre amigos.

Ya iba siendo hora de que las continuas quejas que manifestaban la amplia mayoría de ciudadanos en privado por la falta de respuesta de los partidos políticos mayoritarios a los problemas y necesidades de la sociedad se hicieran públicas y notorias.

Y es que, quién no ha escuchado o participado en los últimos años en una tertulia con los amigos o familiares en la que se pusiera a parir a los partidos políticos. Quién no tomado parte en una conversación con los compañeros de trabajo o los vecinos en la que alguno o alguna acabara maldiciendo a la clase política española. Y quién no ha recibido algún correo electrónico con una presentación en la que se denostara a algún líder político-partidista español.

En resumen, la desconexión de los partidos políticos con la ciudadanía no es nueva. Durante años ha ido creciendo una “burbuja partidista” que ha ido separando a los líderes partidistas de los ciudadanos. Durante años, los líderes de los partidos políticos han estado más concentrados en sus ombligos que en el sentir del pueblo. Sondeo tras sondeo vemos el elevado número de indecisos que hay. Sondeo tras sondeo vemos que mientras las principales preocupaciones de los ciudadanos son unas, los temas de los que hablan los líderes de los partidos políticos son otros. A menudo los líderes partidistas están más ocupados en las peleas internas de sus partidos que en dar solución a los problemas ciudadanos. Con demasiada frecuencia los líderes partidistas están más ocupados en sus luchas por el poder interno en el partido que en la lucha por conseguir avances en las demandas sociales. Con excesiva frecuencia los líderes partidistas están más pendiente de las frases que les genere titulares del día siguiente que de las ideas que generen riqueza y desarrollo en nuestra sociedad.

Como claro ejemplo de esta “burbuja partidista” en la que viven los líderes de los partidos políticos españoles, tenemos esta campaña electoral que toca a su fin. Solo hay que mirar los principales temas a lo largo de la campaña para darse cuenta de la burbuja en la que viven. Corrupción (y tu más), ERES, el hijo de Cháves, Bildu, echar a Zapatero, primarias, crisis, deslealtad institucional… bueno, y desempleo, para decirnos que hay mucho pero sin una respuesta clara a cómo generarlo…, a nivel local tenemos el caso Unión, la situación de INALSA, la de los centros turísticos, unos cuantos alcaldes imputados, etc, etc, etc…. La mayoría de temas estrellas son problemas generados por los partidos políticos y el único que es un problema ciudadano es usado para la disputa dialéctica pero no se debate en profundidad cómo solucionarlo. Al margen han quedado los temas políticos que reclaman los ciudadanos. Como por ejemplo una reforma educativa que nos permita salir de los últimos puestos de los informes PISA, o reformas que aumenten la empleabilidad de los españoles y españolas para que nos permitan competir en una sociedad global y reducir los índices de desempleo, etc. etc.

Algunos se escudarán en la presencia de según que grupos dentro de las concentraciones para denostar e ignorar lo que está pasando, pero el 15M y todo lo que está aconteciendo alrededor no es una simple protesta de cuatro “antisistemas”, que aunque los hay, son sin duda una minoría. El 15M y las acampadas, por cierto pacíficas, pueden suponer el inicio del estallido de la “burbuja partidista”. En las concentraciones están participando numerosos ciudadanos de una amalgama ideológica absoluta que ponen de manifiesto el descontento generalizado con la actual oferta partidista. Es impresionante en las redes sociales el número de usuarios han escrito o comentado algo en twitter o facebook sobre las concentraciones en los últimos 4 días. Esto no es baladí, además va en aumento a medida que pasan los días, lo que nos indica claramente que al fin algo se mueve en España, que la población se mueve e implica por algo más que el fútbol. La política también mueve y la “burbuja partidista” está estallando.

Sin duda alguna se abren numerosas incógnitas acerca del futuro. ¿Conseguirá alguna opción partidista canalizar la amalgama ideológica ahí presente?¿Podrán los líderes partidistas seguir acallando las ansias de cambios y mayor democracia interna de las bases de los partidos? ¿Podrán los partidos políticos mayoritarios contener las ansias ciudadanas de reforma del sistema electoral que favorezca una mayor competitividad de la oferta partidista y dificulte el bipartidismo?

Desde mi punto de vista ha llegado la hora de la sociedad civil, los diferentes colectivos (asociaciones de vecinos, de consumidores, de minusválidos, de economistas, colegios profesionales, comerciantes, autónomos, etc etc…) que conviven inconexos unos de otros deben tener voz, deben ser escuchados por las instituciones públicas y por los partidos, a los que se les debería caer la cara de vergüenza si ignorasen sus problemas, peticiones o demandas.

El tiempo nos dará las respuestas a estas y otras cuestiones, lo que si está claro a día de hoy es que habrá un antes y un después del 15M y el estallido de la “burbuja partidista”.

Burbuja partidista
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