jueves. 25.04.2024

Por Andrés Chaves

1.- Me han contado que una profesora de la Facultad de Ciencias de la Información de La Laguna, famosa por su ignorancia supina, obligó a un señor que estudia periodismo y que ve mal, a examinarse por escrito, en vez de hacerlo de viva voz. El alumno hubo de valerse de una lupa para poder escribir correctamente su examen, ya que padece una grave lesión en la vista. Le puso un cuatro. El hombre pidió tribunal y obtuvo la máxima nota. A esta profesora la empleé yo de redactora en un periódico en el que trabajé, por intercesión de un amigo mío, médico; y la eché al cabo de unos meses, por vaga. La Facultad de Ciencias de la Información (que yo ayudé a crear y en la que no me dejaron ejercer, tras haber sido su primer profesor titular interino) es una escuela de analfabetos (con sus honrosas y gloriosas excepciones), en la que reinan los mediocres. Coto cerrado a la ciencia escasa del periodismo, endogámica y retrógrada, este departamento universitario lagunero se ha convertido en el hazmerreír entre los de su género. Siempre fue un lugar cerrado, preñado de luchas intestinas y de envidias, pobre de ideas y menguado de espíritu.

2.- Su actual decano, Humberto Hernández , a quien todo el mundo tiene por buen profesor, fue uno de los que se opuso en el primer sondeo para que yo entrara en la Academia Canaria de la Lengua, después de ser avalada mi candidatura por su presidente, Ramón Trujillo Carreño , por Eligio Hernández Gutiérrez y por mi amigo el profesor Juan Manuel García Ramos . Tampoco la Española de la Lengua admitió nunca a Paco Umbral , luego me quedo tranquilo, aún sin compararme con él, porque yo no me comparo con nadie.

3.- Me cuentan que el alumno ha denunciado a esta profesora ante las autoridades universitarias y puede que ante los tribunales de justicia, pero no dispongo de información suficiente para ofrecer a ustedes más datos. Cada vez que me encuentro al ex rector José Carlos Alberto le atribuyo haber consentido el complot para meter en el puesto de la Facultad que iba a ser para mí, por sobrados méritos profesionales, a un tío del Opus, que luego salió rana a causa de oscuras razones que no voy a citar, por impertinentes. José Carlos, que es un buen amigo mío, lo niega; y yo hago abstracción de mis dudas para no perderlo como amigo otra vez, que con una ya fue bastante. En fin, cosas que ocurren en esta tierra, cada vez más ombliguista y extraña. Bonito nivel.

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Bonito nivel
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