jueves. 18.04.2024

Binter-Canarias, empresa que se reinventó después del proceso de privatización de Iberia, que fue adquirida por capital canario, parece que está funcionando muy bien. De hecho, sus propietarios, según cuentan, se están hinchando, aunque no se hinchen tanto a la hora de ofrecer más puntualidad y mayores conexiones desde Lanzarote. Pero Binter-Canarias también tiene sus vergüenzas. La última de la que hemos tenido conocimiento tiene que ver con la carta que ofrece a sus clientes, con las marcas del catálogo que ofertan al consumido consumidor que tiene que hacer uso de sus aparatos. Llama poderosamente la atención que en el capítulo de vinos ofrezcan con bombo y platillos vino de La Rioja, tanto blanco como tinto. Y nos llama la atención no porque el vino de La Rioja sea malo, que evidentemente no lo es, sino porque no hay ni una puñetera oferta de vino canario. Como en Lanzarote estamos acostumbrados a este tipo de desplantes, dábamos por hecho que no se iba a ofrecer ninguno de los magníficos caldos que producimos en esta tierra. Lo que no teníamos tan claro es que no se ofrecieran tampoco caldos de Gran Canaria, de La Palma y sobre todo de Tenerife. En más de una ocasión hemos mantenido que a Binter le deberían quitar el apellido de “Canarias”, y siguen dándonos motivos para que pensemos así. Estos son tan canarios como La Giralda de Sevilla o el Acueducto de Segovia.

BINTER, ¿COMPAÑÍA CANARIA?
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