jueves. 25.04.2024

El consejero socialista Manuel Fajardo decía el pasado martes, durante la defensa justamente de lo contrario de lo que había apoyado hace unos meses, que no se iban a autoinmolar en aras de algo que “habían defendido y llevado hasta el final, en una votación en la que participan las siete islas y únicamente votamos no a la ruptura de la triple paridad el PSOE de Lanzarote”. Un argumento que se vio complementado con que él es demócrata y tenía que acatar lo que dicen las mayorías.

Resulta hasta cierto punto comprensible la actitud de los socialistas de Lanzarote si no hubiera existido un antes y un después, si no se hubiera producido un enfrentamiento directo con la dirección del partido a favor de la población de Lanzarote y si no hubiera existido una dimisión que llegó a las altas esferas del partido y que supuso hasta cierto punto el arrinconamiento de un partido con ‘mentalidad' regional , además de la supremacía de la figura de Manuel Fajardo como defensor de unos intereses que beneficiaban sobre todo y por encima de todo a Lanzarote y a sus habitantes.

Ahora todo eso ha caído por su propio peso en saco roto y el consejero y también secretario general del PSOE sale diciendo que no puede actuar en contra “de lo que dice el 94 por ciento de mi partido” cuando él sabe muy bien que si lo hubiera hecho desde el principio, no hubiera pasado nada pues no supondría más que la ‘obediencia' a la que se deben los miembros insulares de partidos nacionales, pero con un amago de dimisión por el medio, es muy discutible su posición.

A pesar de ello, Fajardo insiste en que sigue considerando que la reforma que pondría fin a la triple paridad (30 diputados la provincia de Las Palmas y 30 la de Santa Cruz de Tenerife; 30 diputados las islas llamadas menores y 30 las dos capitalinas, y 15 diputados Gran Canaria y 15 Tenerife) no es conveniente.

Es la primera vez que el grupo de gobierno en el Cabildo de Lanzarote ha votado de forma dividida desde la constitución del actual tripartido en la corporación y esto a todas luces supone también el inicio de la autoinmolación del PSOE en el propio grupo del Cabildo.

Autoinmolarse
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