viernes. 19.04.2024

Fotos: Anabel Navarro

“¡Asesino, desgraciado, ojalá te pudras en la cárcel!”. Eran los gritos desgarrados de una madre que ve pasar por delante el furgón de la Guardia Civil en el que supuestamente trasladan al presunto asesino de su hija. A las 14:00 horas del mediodía, Hilma Pérez llevaba más de cinco horas apostada a las puertas de los Juzgados de Arrecife para conocer los detalles de la declaración de Antonio Luis Ferreira Machado, que este lunes fue detenido como imputado en el caso de la muerte de Yuliisa Antonia Altagracia Pérez, la joven dominicana cuyo cadáver fue hallado el pasado mes de noviembre en un vertedero de la capital lanzaroteña.

Apenas unos minutos antes, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias hacía pública la decisión de la juez Estella Marrero Sánchez, titular del Juzgado de Instrucción Número 7 de Arrecife: prisión preventiva, comunicada y sin fianza para Antonio Ferreira, después de cuatro horas de declaración. Los familiares de Yuliza aprobaban esta decisión aunque su rabia les hacía lamentar que en España “no exista cadena perpetua”.

A primera hora de la mañana, la madre de la joven asesinada aseguraba que las autoridades judiciales no habían comunicado la detención del presunto asesino a la familia. A su lado, el portavoz de la familia, Félix Pérez, mostraba su indignación. “La policía no ha tenido la delicadeza de decir 'Hilma, tenemos al asesino de tu hija'”, explicaba el portavoz de la familia. “Cuando la policía no tenía nada, nos interrogaban y nos preguntaban sobre muchas cosas, ¿por qué ahora nos dan este trato y no nos dicen nada?”.

Félix Pérez lamentó que en un principio la policía hubiera sospechado de “personas de nuestro entorno”. “Que yo sepa, “El Portugués” no es dominicano”, señalaba el familiar de Yuliisa. “Eso me dolió tanto como el asesinato de mi hija”, manifestó Hilma Pérez, madre de la joven.

Durante estos cinco meses, el ahora imputado continuaba en libertad. Los propios familiares de Yuliisa aseguran haberse cruzado con él. “Él hacía su vida normalmente, en el barrio de Altavista”, explicaba Félix Pérez. “¡Una persona como él no puede estar en la calle después de cinco meses!”, se quejaba una prima de Hilma. “Espero que no lo suelten porque no está loco ni enfermo, tiene más juicio que yo y es un asesino”.

la investigación

El caso de la muerte de Yuliisa continúa bajo secreto de sumario. Durante la mañana de este jueves, el Jefe Superior de Policía de Canarias, Narciso Ortega, ha anunciado que la joven “no murió en el coche” como aseguraron en un principio varios medios de comunicación, y que incluso no se descarta que el asesinato se cometiera en la propia vivienda familiar, siguiendo así la hipótesis de la madre de Yuliisa.

De los indicios que encontró la Policía científica se dedujo que “el autor del crimen debía conocer a la víctima y ser más fuerte que ella. Además, tenía acceso al domicilio con lo que podía sorprender a la víctima y conocer el terreno en general y del vertedero en particular donde se encontró a Yuliisa”, según ha informado Narciso Ortega. De la investigación también se deducía que tenía el tiempo suficiente para el traslado del cadáver y, por último, actuar motivado por una obsesión que pudo desembocar en el crimen. Una obsesión que los propios familiares señalan, asegurando que el ex novio de la madre de Yuliza quería “seducir” a la joven.

"¡Asesino, desgraciado, ojalá te pudras en la cárcel!"
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