viernes. 19.04.2024

La muchachada de Alternativa Ciudadana me enviaba días atrás por correo electrónico (nunca las mañas pierdan, a ver si se les pega la sana costumbre de esa modestísima formación política a partidos más grandes con mayores o más pesados equipos de in-comunicación) la moción que sus dos concejales en el Ayuntamiento de Arrecife, Ginés Quintana y Andrés Barreto, presentan en el Consistorio de la caos-pital de esta pobre islita rica sin gobierno conocido para solicitar al actual grupo de Gobierno municipal -fíjate tú qué atrevimiento- las cuentas claras, si no es mucho pedir ni demasiada molestia. No más que una auditoría externa, ajena a los tejemanejes de los que son juez y parte interesada.

Con las perras que son de todos (aunque más de unos que de otros, valgan verdades), luz y taquígrafos, por utilizar la sobada expresión casi nunca llevada a la práctica. Y auditorías todas las que hagan falta. Alternativa Ciudadana (AC para los amigos y demás personas piadosas) dibuja un situación económica del anterior y saliente gobierno capitalino capitaneado por María Isabel Déniz (de la que andan diciendo los más coñones que “perdió las elecciones POR LOS PELOS”, verdaderamente preocupante, incluso a ojos de profanos en la materia dineraria como quien esto firma: “Presupuestos poco acordes con la realidad de la disponibilidad económica, reconocimientos de partidas extra presupuestarias de muy dudosa justificación, deudas pendientes de reconocer guardadas en la gaveta, [y otras] que jamás tuvieron respuestas del grupo de gobierno anterior, pese a las reiteradas preguntas y mociones presentadas [al respecto]”.

¿Qué relajo es éste, caballeros? ¿Va a continuar eso que los economistas llaman opacidad (con perdón por el horrible palabro)? Nunca entenderé, por más lustros que viva, cómo es que algo que una institución que funciona dentro de un sistema teóricamente democrático (y democracia es sinónimo de total transparencia en la gestión, o debería serlo) está llamada/obligada a sacar a la luz por su cuenta y riesgo, resulta que tiene que andar la oposición -o parte de ella, porque la otra ni está ni nadie la espera ya- pidiéndoselo casi de rodillas a los concejales a los que nadie les congela el sueldo, que ya se bastan y se sobran ellos mismos para subírselo hasta donde les sale de los decretos.

Aunque no soy vecino ni he estado jamás empadronado en el minúsculo municipio arrecifeño (pero sufro también las mil y una carencias de la caos-pital isleña, a la que bajo casi a diario), aprovecho esta humilde tribuna impresa y digital para respaldar cualquier exigencia de transparencia en la gestión pública (y sobre todo en lo que afecta a las perritas). Me sumo a esa atinada y justificadísima moción de Alternativa Ciudadana, que a día de hoy parece ser la única fuerza política que está haciendo oposición frontal al actual y mejor pagado grupo de gobierno municipal, mientras los demás teóricos fiscalizadores de esa misma labor -si la hubiera o hubiese- duermen el sueño de los justos, vegetan o miran hacia otro lado.

Con respecto a esa convención de los cien días de gracia que graciosamente se les concede a los graciosos que toman como primera medida subirse los sueldos y como segunda marcharse de vacaciones, ¿no se cumplió ya esa cifra? ¿A qué esperan entonces las demás fuerzas políticas presentes en el Ayuntamiento de Arrecife para reaccionar y hacerse oír?

Me sumo, de forma textual o literal, a la petición de Alternativa: “Que el Pleno acuerde encargar una auditoría externa sobre la situación económica real del Ayuntamiento de Arrecife, correspondiente al período que va del 1 de enero del 2000 al 30 de junio de 2007, donde se recoja la totalidad de ingresos, gastos, deudas a terceros -abonadas o pendientes-, deuda financiera, etcétera”. Amén.

Mientras tanto, sabedores de que el político en el poder siempre pone en práctica el dicho de que contra el vicio de pedir (claridad en la gestión) está la virtud de no dar (ni la hora), esperaremos sentados. ([email protected]).

Apoyo la moción
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