jueves. 25.04.2024
Cuán vano es sentarse a escribir cuando aún no te has levantado para vivir. Henry David Thoreau.

Análisis Literario

Mario Crespi

Cada época ha tenido su estilo literario. Muchas veces reflejo de sus costumbres, convencionalismos y formulas sociales. Así en la antigüedad, los clásicos, con su retórica llena de simbolismos, y su formula casi poética. Lectura que en la actualidad puede resultarnos pesada. En el Renacimiento, con un fondo romántico, tendían a idealizar tanto la figura del amor, la mujer, el heroísmo y los ideales. El siglo XIX lo encuentro, y es mi particular visión que quizás la mayoría de los lectores no compartan, hipócrita y pedante. Esa visión de un mundo sofisticado socialmente, con sus salones elegantes, sus tertulias intelectuales; donde, si uno fuera un lector extraterrestre, pensaría en una sociedad sin sexo, sin pobreza, sin crimen, ya que en la mayoría de la novelística de la época estos temas o no se mencionaban o eran tratados como cosa marginal. Por supuesto hay excepciones a esta, mi particular visión, pero pienso que el estilo de la época, marcado por esa frigidez victoriana, no lo hace atractivo para el lector actual. Y eso nos trae a la literatura actual. Como expreso en el comienzo de este artículo, también es un reflejo de esta nueva sociedad, donde estamos marcados por un realismo que a veces hasta parece brutal. Pero en nada exagerado, pues la violencia que leemos es la que vivimos. No esta presente solo en la media. Los libros de hoy en día no nos escamotean nada de lo que ocurre en la calle. El liberalismo sexual, esta presente en casi todo lo que vemos o leemos. Con descarnado realismo. El ser humano es complejo, a veces brutal, está lleno de sentimientos encontrados, como los celos, la envidia, el desapego. Pero también heroísmo, desprendimiento y pasión. En fin humano y real. Y no tenemos porque ocultarnos. Las nuevas generaciones de escritores nos muestran tal cual somos y eso me parece no solo válido sino importante. Los ocultamientos o simbolismos literarios para describirnos personajes o hechos quizás ya hayan pasado de moda. Creo que es por eso que se esta, no solo leyendo más, sino escribiendo muchísimo más. La oferta de nueva lectura, hoy en día, es fantástica. Y actual. Anímese, salga a buscar un nuevo libro.

Ser solitario es mi destino,

y como tal y sin mirar

reinicio el camino.

Con poco bagaje y sin pensar,

que tras vueltas y más vueltas

y mirando hacia el futuro

me acerca hasta la fuente

de la fantasía que es mi mente.

Fantasías de hoy y de siempre,

fantasías de aventuras y amor,

de pasión y dolor.

En fin, de toda una vida

que repito sin vergüenza,

aunque la razón me convenza

de que mi vida de andante

no tendrá un buen final.

Cuando uno piensa en escritores contemporáneos uruguayos, surgen enseguida Mario Benedetti (Gracias por el fuego) o Eduardo Galeano (Las venas abiertas de América Latina), pero hay una escritora que los uruguayos no conocen mucho. Ganadora del premio Planeta 1988. Me refiero a Carmen Posadas. Acabo de leer “Pequeñas Infamias”. Una pequeña joya. Un libro que uno lee de comienzo al fin con placer, casi sin poder detenerse. De lectura fácil, actual. Una descripción de los personajes admirable, en sus defectos y sus particularidades. Ella pasa de uno a otro con una facilidad que a uno le parece que los ha vivido todos. Mi preferido? El cocinero. Pero los desafío a conocer a los restantes. La trama, aunque parece sencilla es tan compleja por su entrelazamiento que nos sorprende. Como la vida real.

Carmen Posadas. Montevideo1953. Reside en Madrid desde 1965. Autora de Cinco Moscas Azules, Nada Es Lo Que Parece, La Bella Otero, cuentos infantiles y guiones de televisión. Premio Planeta 1988.

Leonardo da Vinci no fue solo un gran pintor, inventor y visionario. Ahora es un personaje intrigante. Sus cuadros, mensajes secretos, sus secretos enigmas a resolver. Hoy está de moda. Se han publicado varios libros sobre este mismo tema. “La cena secreta” de Javier Sierra es uno de ellos. Nos presenta la investigación de un inquisidor del Santo Oficio en torno de las cartas de un personaje anónimo a quien identifican como “el agogero” sobre la obra de Leonardo en Santa María delle Grazie . Poco a poco se va envolviendo en los misterios de ”La última cena” de Leonardo. Enigmas, crímenes, ocultismo. Peca un poco, por no darnos una visión más completa, de una época tan rica en intrigas y libertinaje. La encuentro demasiado actual.

Javier Sierra. Teruel 1971. Ha participado en programas de televisión y periodismo. Su pasión por los arcanos nos sumerge, con rigor histórico, en intrigas y secretos pretéritos. Autor de “La dama azul”, “Las puertas Templarias”.

Dos mujeres en Praga es un libro, casi de ciencia ficción, por su manejo alucinado de mundos paralelos e imaginarios. Una mujer, que pretende que escriban su biografía, contrata para ello a un escritor profesional Y comienza a surgir una historia de mentiras, medias verdades o realidades que nadie puede separa unas de otras. Vidas irreales que nadie sabe si existieron se entrelazan en una red intricada con vidas reales que quizás no quieran existir. Paranoias, miedos y un poco de locura son loa ingredientes de un cocktail que nos emborracha a una velocidad de vértigo.¿Qué y quién es real? Personajes con manías obsesivas, que quien puede negarlo, quizás sean del autor por ser tan recurrente en ellas. Y un relator que, con frialdad, nos va contando parte de la historia, hasta que se transforma en parte del enredo. Interesante visión de las obsesiones.

Juan José Millás. Valencia 1946. Periodista y escritor, con un fuerte apego a la introspección psicológica. Colaborador de prensa y televisión. Doctor honoris causa por la Universidad de Turín. Autor de El jardín vacío, Volver a casa, La soledad era esto.

Análisis Literario
Comentarios