jueves. 25.04.2024

Mario Crespi

Cuando se piensa en el Oriente, nuestra mente lo asocia con lo exótico, misterioso, milenar. Y no estamos para nada equivocados, pues esas antiguas culturas, que se remontan algunas de ellas 5000 años en la antigüedad, época en que Europa era bárbara, tan distintas de las occidentales y muchas veces tan diferentes entre ellas, se hacen demasiado difícil de comprender y casi imposible de adoptar. Filosofías animistas donde la esencia es el espíritu, donde la mente domina al cuerpo, la muerte es un pasaje de estado y los fantasmas son reales. Un continente donde el arte puede ser minimalista, al extremo de que un jardín Zen formado por un espacio de arena rastrillada en figuras y en cuyo centro puede haber una sola piedra como toda decoración, puede haber llevado años a su jardinero para concluirlo. O puede tener la riqueza y colorido del arte chino cuyos detalles pueden llegar a ser exquisitos. Cuando encontramos un poeta que puede haber pasado toda su vida pensando en su poema póstumo es que descubrimos que para los orientales la paciencia es un arte no una virtud. Sus costumbres sociales y estructura familiar también tienen una marcada diferencia, que muchas veces nos han parecido bárbaras. Suicidios rituales entre los japoneses. Las jerarquías de sexo en la China, donde en épocas de hambrunas han vendido a sus hijas como esclavas ya que el hijo varón es lo que valoraban; y tantas otras que nos asombran. Tengo que reconocer que su literatura, que al fin de cuentas es mi tema, es demasiado exótica y elaborada para opinar sobre ella y por lo tanto voy a recomendarles obras occidentales que se refieren al Oriente. Tienen la virtud de mostrarnos diferentes visione de una cultura, que a pesar de ser admirable en muchos aspectos, creo que nunca vamos a comprender realmente. La palabra a utilizar quizás sea inescrutable, como sus rostros.

Rincón de la Poesía

Hacia el este, nubes y mar: un vacío sobre otro vacío.

¿Y los inmortales van y vienen por esta vacuidad

luminosa?

Aunque todas las formas nacen del oleaje de este

mundo flotante,

en vano aguardo la aparición.

No hay puertas de cauri que se cierren sobre palacios

de perla.

Lo sé: la visión es quimérica.

Pero mis ojos quieren ver esa invención de dioses.

Día frío, mar helado, aunque cielo y tierra reposan,

concededme la gracia ¡y que despierten vuestros

dragones!

No fue rechazada mi abrupta plegaria:

torres sobre la orilla, colinas verdiazules en el

alba de escarcha,

¡El miraje, la maravilla que pasmó a los viejos!

Ahora: sol tardío, un pájaro perdido en el espacio.

Todo es bambú, nadie es gente.

¿Dije que no ve a la gente?

Tampoco se ve a sí mismo.

Absorto, bambú se vuelve,

un bambú que crece y crece.

Ido Chuang-tse, ¿quién otro tiene

este poder de irse sin moverse?

«Su Tung-P'o -Su shih- (1036-1101)»

El color de la flor se ha desvanecido

mientras yo contemplaba en vano

el paso de mi persona por este mundo.

«Poema mortuorio del Kokin Wara Shu.»

Clavell puede parecer un escritor no muy brillante. Tiene un buen dominio del diálogo y de la narrativa pero en la descriptiva, y cuando intenta mostrarnos el pensamiento de los personajes choca con la casi imposibilidad de entender esa cultura que, para nosotros, es casi alienígena. Acompañamos a Blackthorne, un inglés prisionero en el Japón. Compartimos con él su incomprensión y sus prejuicios y de a poco como él, vamos transformándonos, y tanto se transforma que acaba convirtiéndose en un samurai al servicio de su señor feudal. Un libro intrigante, y valga la redundancia lleno de intrigas. Los propios japoneses, los jesuitas, y tantos interesados en un lugar que hasta ese momento era prohibido para los extranjeros. Escrito con objetividad y frialdad, sin juzgar las culturas ni los acontecimientos.

James Clavell. Sydney, Australia 1924 - 1994. Hijo de un oficial de la marina británica, lucha contra los japoneses y herido cae prisionero en Java. Guionista y director de cine (La Mosca, El gran escape) Autor de King Rat, Tai-Pan, Gai-jin.

Narra la historia de una familia de agricultores, una historia sencilla y humana donde quizás la tierra sea la protagonista de la novela. Pearl Buck, educada en esa china de preguerra y siendo bilingüe nos da una visión muy cercana del espíritu de la gente de pueblo. Wang Lung no es rico y para casarse su padre le busca una esclava fuerte y que sea capaz de trabajar duramente junto a él. Reflejando la pobreza endémica en el campesino chino de mañana bebían agua caliente ya que no tenían dinero para comprar té. Gracias a su esfuerzo y la ayuda de su mujer, logra con sus ahorros comprar más tierras que cuando llegan años de sequía y penuria se niega a vender. La tierra lo es todo para su mentalidad campesina. Buck nos relata esa epopeya de pobreza y vicisitudes con un realismo que solo quien lo vivió puede lograr.

Pearl S. Buck. Virginia, USA. 1892 - 1973. Con pocos meses viajo con sus padres a China, vuelve como misionera en 1928. Muchas de sus novelas reflejan la vida de la gente con la que convivió. Premio Pulitzer y Nóbel. Autora de La estirpe del Dragón, Viento del Este Viento del Oeste, Hijos, La Madre.

Nicolai Hell (infierno en inglés) nació en la turbulenta China de la Primera Guerra, hijo de una aristócrata rusa y un misterioso alemán, y es educado por un militar japonés maestro del Go. Quien le enseña el camino del shibumi, o la perfección sin esfuerzo, el refinamiento sin ostentación, serenidad impecable, naturalidad y maestría en la ejecución. Sobreviviente de Hiroshima es obligado a transformarse en asesino profesional, cosa que con su educación filosófica y usando técnicas muchas veces increíbles logra la maestría. Considerado un genio, maestro de culturas y lenguajes su secreto es alcanzar esa perfección que le inculcó su padre adoptivo. Con un final electrizante en el País Vasco, Shibumi nos atrapa de un comienzo hasta el fin, y logra mostrarnos un ideal filosófico y una simpleza cultural que lo que menos tiene es de simple. Intente adoptarla si puede.

Trevanian (seudónimo de Rodney Whitaker) New York 1931. Participante de la guerra de Corea, profesor de cine en la U. de Texas, vive actualmente en el País Vasco y a ocultado su verdadero nombre por años. Autor de El verano de Katya, La sanción de loo

Análisis Literario
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