viernes. 29.03.2024

1.- No voy a negar mi afecto por el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero . Lamento sus diferencias con este periódico, que es el mío, motivadas por cuestiones políticas y de gestión, jamás personales. Y más lamento que Paulino haya abrazado a otro rotativo de escaso éxito, que ha titulado con caracteres alarmantes que Rivero ha recibido amenazas de muerte. Paulino sabe que las amenazas de muerte en Canarias son una estupidez; yo mismo recojo unas cuantas cada año y me río de los gilipollas y las gilichochos que practican esta cochina modalidad de chantaje. Ni siquiera las denuncio a la policía. Y me parece más patético que el periódico abrazado y algún disparatado digital sugieran, insinúen, que la línea editorial de EL DIA de enfrentamiento con la gestión del presidente -en el legítimo derecho que tiene el periódico a expresarse libremente y bajo su responsabilidad civil y penal- pueda influir en esas amenazas. Hace falta ser imbécil para sólo pensarlo. Hacerse la víctima, o permitir que otros atribuyan al jefe del Ejecutivo autónomo el papel de afligido, es más peligroso e indigno que las amenazas de muerte chimbas, propagadas por algún velillo de la abultada plantilla de locos de este país.

2.- Siento que a Paulino Rivero se le haya ido la olla en el reparto de las emisoras de FM, circunstancia que ha abierto las hostilidades. He hablado con él dos veces -con el conocimiento del director de EL DÍA - sobre lo que ocurrió realmente. Y estoy convencido de que Paulino Rivero fue sorprendido por un equipo de cretinos que no dio pie con bola en la mesa de evaluación. Ahora, antes de mandar el fallo al BOC, quieren disfrazar la absurda valoración valiéndose de complicados cálculos que pretenden justificar lo que no es más que una decisión subjetiva inverosímil de cuatro o cinco funcionarios que desempeñaron gloriosos papelones de mindundis. Fueron injustos y ellos lo saben. Y quién sabe -no me atrevo a afirmarlo, sólo lo elevo a duda, que para esto están los tribunales- si prevaricaron.

3.- Paulino no debe preocuparse por las amenazas de muerte; ni la policía, ni el subdelegado del Gobierno, cargo que nunca he sabido para qué sirve. El periódico y el digital que se frotan las manos con la pretendida relación causa-efecto saben que mienten y están traicionando la ética y las reglas del juego. El perro que come carne de perro muere de diarreas. Estos medios están tan enfermos que un catarro los tumba. En los últimos tiempos, algunos -Parlamento, Fiscalía, Gobierno, es decir, los poderes- se muestran muy proclives a condenar a este periódico. No está en el Quijote la frase, pero se atribuye al ingenioso hidalgo: "Ladran, luego cabalgamos".

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Amenazas de muerte contra Paulino Rivero
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