miércoles. 24.04.2024

Para los que dudamos del causalismo, que es incapaz de explicar lo que acontece, y tampoco creemos en “casualidades” que en política son muy poco frecuentes, sino en probabilidades, existen hechos, en este caso, políticos, y relativos a Lanzarote, a su Cabildo, que al observador avezado pudieran hacerle “saltar las alarmas”.

En Lanzarote, como en Roma, y desde muy antiguo, las más de las veces se dirimen los conflictos políticos en tribunales de justicia, y no porque se judicialice la vida política sino porque a menudo los políticos y asociados incurren en delitos tipificados como tales en el Código Penal.

El ex secretario insular del PSOE en Lanzarote, Carlos Espino, está incurso en un grave procedimiento legal ante los tribunales. Es el mismo Carlos Espino que los medios de comunicación de los hermanos Acosta presentaron como adalid de la lucha contra la corrupción y por la defensa de la transparencia en la gestión de lo público, la misma prensa que ha silenciado, o divulgado en letra muy menuda y de pasada que se encuentra expuesto a una condena por malversación de caudales públicos a cuenta de algunos “flecos” en su gestión al frente de los Centros Turísticos, CACT de Lanzarote, los pagos que mandó hacer por la adquisición de material de hostelería a un sobrecoste más que abultado, v.g., la cocina de Los Jameos; el pago a su amigo y asesor Mario Alberto Perdomo, incurso también en el mismo proceso legal, por una supuesta “Memoria histórica de los Centros Turísticos”, y otros, cuando ni siquiera habría entregado el trabajo, como reconoció el técnico responsable de los CACT cuando entonces, y ante los jueces, un funcionario al que habría cesado Espino por no mirar a otro lado mientras el político hacía sus manejos –el trabajo de “Memoria” ya, hoy día, está entregado, aunque sin registro de entrada-. Y ante ese previsible muy próximo juicio, si cuando el juez abra el procedimiento abreviado de la causa y siente a estos dos en el banquillo se mantiene el escrito de la acusación por parte del Cabildo de Lanzarote, su Gobierno, puede acabar con condenas graves, inhabilitaciones, multas y hasta pena de cárcel, que no es poco.

Y para éstos es muy importante que el presidente del Cabildo deje de ser quién es, que así bien podría arreglarse el asunto de alguna manera…

Saben ustedes que el tal asesor de Carlos Espino, Mario Alberto Perdomo Aparicio, es también “patrono” de la Fundación César Manrique, FCM, tampoco impoluta respecto a su particular currículum ante los tribunales, aunque sólo quedaran en delitos “administrativos” por el destrozo en la colada del Volcán de Tahíche, el famoso caso: “Casa de las Cúpulas”, al que el Gobierno del Cabildo tampoco parapetó ante los tribunales para justificar los muchos despropósitos que la condujeron a recibir varias condenas judiciales por la ejecución de obras ilegales, cuando pudo tratar de ampararla, aunque no fuera juego limpio, atendiendo a deberes debidos y muchos privilegios otorgados.

Los Acosta, la FCM, y los supradichos, tienen motivos para desear un cambio en la Presidencia del Cabildo, y en principio podría parecer estúpido atribuir a una aparente poca cosa el poder de estos pocos para lograrlo, sin embargo el ex secretario insular del PSOE sigue haciendo de aprendiz de Pigmalión, fue el artífice de la caída del alcalde de Arrecife, Montelongo, y de la llegada de Eva de Anta, por el manejo que tiene Espino sobre Corujo, la nueva secretaria insular, alcaldesa de San Bartolóme y algunas otras, varias, cosas más; o sea, que tiene su peligro.

A la FCM la ampara Carlos Meca, su consejero que lidera Podemos en el Cabildo, de la que depende, y a este lo tutela Mario Alberto Perdomo, que está todo bien atado…

Los Acosta también tienen miles de razones/motivos (euros, v.g. un contrato de 3.600 euros mensuales mínimo a sus medios de comunicación, que San Ginés rescindió, o los beneficios profesionales de uno de ellos, el abogado, por cuyos servicios al Cabildo habría cobrado en el tiempo casi un millón de euros, el que más ha cobrado por servicios similares, y del que San Ginés también prescindió) para desear con la misma intensidad que los referidos, todos a una, un hipotético cambio de Gobierno que libre a la Presidencia de Pedro San Ginés -ojo, que no todo cambio la libra, incluso que podría hacerse con CC, si triunfaran quienes animan a “renovaciones”, y situar en la Presidencia a alguien dócil, que se deje tutelar...-, y ahora entra en escena la Huelga en los Centros Turísticos, apoyada por Podemos, con la anuencia del PSOE, que si de manera directa, instrumental, no podemos saber si es agitada, provocada por estos elementos, pero sí muy funcional para la creación de un clima que favorezca un clamor que acuse a la Presidencia de San Ginés de ser incapaz de resolver un asunto tan grave en el que las pérdidas directas, sólo en la primera semana, supusieron más de un millón de euros.

La huelga de los 300 trabajadores de los CACT ha provocado la ruptura de voto en el Gobierno, los consejeros socialistas no han seguido las directrices de Presidencia; el PSOE, en el gobierno, se desmarca del Gobierno en asuntos claves, en consejos, en comisiones.

El vicepresidente del Cabildo, el socialista José Juan Cruz, un político profesional, veterano de larga data, sólo tiene que esperar que Espino logre aunar, sumar, para convertirse en presidente, y es lo suficientemente veneciano para hacerlo y casi no protagonizarlo, porque entre bambalinas ya saben quiénes habrían sido los protagonistas reales.

Ahora todos tienen motivos para mover ficha, aunque los movimientos sean estúpidos, no hay que subestimar la estupidez, que eso sería un error.

Este verano puede acabar tormentoso, una lluvia de esas, torrenciales, que haga limpieza de la calle, especialmente de las calles de Arrecife, y San Bartolomé. Ahora todo puede ser.

Escrito la víspera del día de San Ginés.

Algo estúpido contra San Ginés
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