Fotos: Jose Curbelo
Alberto de León no es un artista al uso. No se le ha visto nunca interesado en la trascendencia ni en ocupar un puesto más o menos destacado en el rol de los artistas en Lanzarote. Él, más que nada, pinta para reafirmar su calidad humana y para decirnos qué es lo que ve en su horizonte. El nuevo paisaje también es objeto de su mirada: sobre la remansada arena los restos de pateras señalan el fin de una travesía, el fin de una angustia.
En ellas, ahora maderos sin uso, navegaron las aguas del mundo, pese a la corta singladura, aquellos que buscan mejores destinos. Alberto ha retratado las cáscaras en que viajaron, las crisálidas que dieron a la luz seres nuevos y luego quedaron abandonadas para que las inclemencias las destruyan y las borre de nuestra memoria, no sin antes dejarnos la noticia del drama, que pervive en la obra del artista, como una llamada de atención, la advertencia de que no conviene dormirnos en el olvido Arrecife
Los lienzos del artista reflejan diversas escenas de la Isla: desde las pateras abandonadas en las playas, hasta el detalle de una tunera, pasando por bodegones, marinas o edificios en decadencia. Es un pintor realista, cuyos cuadros están llenos de luz y colores brillantes.
El pasado viernes 1 de diciembre a las 20:30 horas en la Sala Municipal del Charco de San Ginés, se inauguró la exposición, con la presencia de la alcaldesa de Arrecife, Mª Isabel Déniz de León y el concejal de cultura, Celso Betancort. Esta obra podrá ser vista hasta el 20 de diciembre, en horario de 10:00 a 13:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas de lunes a viernes, y los sábados de 10:00 a 24:00 horas.
