viernes. 29.03.2024

Por Ramón Pérez Hernández (Monso)

Insisto D. Cándido en mis parabienes por su valiente decisión de intentar salvar a Arrecife, del marasmo donde estaba metido hace siete meses por el Grupo Minoritario de gobierno, presidido por el ex D. Enrique. Indudable que en Lanzarote funciona poco el control de los caudales públicos, pues no es de recibo omitir deberes ineludibles como cargo electo por el que se cobra un pastón… Si existiera un férreo control de las “actividades” de los políticos que ejercen poder, es posible que los ciudadanos nos decidiéramos a exigirles el reintegro de los sueldos ilógicamente “recolectados”… Para muestra un botón: la inútil tolerancia a las compañías contratistas que en Arrecife despliegan un insólito personalismo y una supuesta falta de respeto a los vecinos afectados en la forma de abrir zanjas en las vías públicas y reconstruir las aceras, con molestos cierres de Puentes de paso obligado, absurdos alejamientos de enlaces de calles, etc. despreciando el control responsable de vertidos asquerosos, fuga de ratas de las alcantarillas, teniendo los vecinos que sufrir tales abusadoras acciones, y los Agentes de la Autoridad, ni los políticos, al parecer, sin enterarse, pues pasan meses y no se procede a las necesarias correcciones en socorro de los desamparados y cohibidos vecinos, en especial mayores, impedidos, los niños… que vienen aguantando los roedores en sus casas, el dificultoso tráfico peatonal con real amenaza a su integridad física y los fétidos pestazos día y noche, con el riesgo sanitario que comporta tan injusto e insolente desmadre.

Recuerdo hace 30 años, cuando la UCD asumió el poder en Arrecife, controló eficazmente las cuestiones de seguridad y salud ciudadana en honor de los vecinos. Fue sonada la llamada de atención del Consistorio a la contratista que ejecutada la red de alcantarillado en el Centro de Arrecife. Resulta que hacía 6 meses mantenía en obras “lentas” la calle Real, zona Cine Atlántida. El estrenado Gobierno de la UCD le dio al Contratista un plazo de 15 días para abrir la calle al tráfico y para pagar la liquidación de tasas (cientos de miles de pesetas) que no se le había girado por el Ayuntamiento anterior, vulnerando la Ordenanza Fiscal de apertura de zanjas, etc. La contratista no solo pagó las tasas en el acto, sino que en 12 días abrió la calle al tráfico rodado...

Don Cándido: ¿Con usted llegó la prolongación del “escándalo" de D. Enrique, o el tiempo de exigir a los actuales ejecutores de obras en nuestras calles, el pago de las tasas obligatorias por “ocupación de las vías públicas” en aplicación legal de la Ordenanza Fiscal y la inmediata limitación del plazo de terminación de las obras para abrir al tráfico rodado las calles afectadas?

Al Sr. Alcalde de Arrecife (II)
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