jueves. 28.03.2024

1.- Fíjense ustedes si la actualidad está rara que ha merecido la primera página de todos los periódicos, o al menos de los más importantes, la muerte de Arturito Pomar, que en los cincuenta, o antes, del siglo pasado, fue el niño prodigio del ajedrez español. Lo utilizó Franco para hacer propaganda por ahí; propaganda de la inteligencia del niño español. Ha fallecido, a los 84 años de edad. Yo recuerdo que las actuaciones de Arturo Pomar revolucionaron la afición al ajedrez en España, que empezó a practicarse de forma masiva, en plazas de ciudades y pueblos y en sociedades recreativas. Eran los tiempos del TBO, del fijador Pepito Malvic, de las gramolas, de los bonchos con “cap” y de las trepidantes músicas como el swing, el fox trot y todo aquello que fue previo al rock. Triunfaba el pop-art y éramos más felices probablemente, aunque no sé el concepto que cada uno de ustedes tiene de la felicidad. La verdad es que yo en vez de oír a los líderes políticos que nos azotan cada día con sus voces y sus estupideces prefiero rememorar el tiempo pasado, que fue mejor. Una de las peores cosas que me pasó de niño fue haber prestado mi colección de “El Coloso de Rodas”, mis cómics preferidos, reunidos semana a semana, comprados en el estanco “Molina” de mi pueblo. Se los presté a un amigo, que ya murió, se quedó con ellos y nunca más pude disfrutar de aquella lectura. Del “Coloso” y de unos cómics de fútbol que aparecieron por aquella época, y de cuyo título no me acuerdo. Para mí eran auténticos tesoros. A partir de ahí coleccionaba de todo, pero no prestaba nada. Y de esas colecciones disfruto frecuentemente ahora, perfectamente ordenadas y clasificadas. Incluso conseguí, en facsímil, una réplica de “El Coloso”, en una editorial de Bilbao, pero ya no era lo mismo, ni mucho menos. Les cuento todo esto porque la actualidad no existe y tengo que acudir al relato de pasajes de mi vida para poder cumplir con la devoción de estos artículos diarios. La política me da a mí que va a pasar a peor vida en este país, porque ya nadie quiere que hable de política y sí del cartel del Carnaval, que ya tiene plataforma para que sea retirado. Desde que nace una plataforma para cualquier cosa, lo criticado prevalece porque en España las plataformas son gafes desde que se multiplicaron en la bendita Transición. Y eso.

2.- No les digo nada de Rivera, que vino consternado de lo que vio en Venezuela y eso que el Gobierno chavista no se metió con él. Se limitó a no darle facilidades. Rivera pudo ser informado, in situ, del horror, porque lo que ocurre en Venezuela es un auténtico desastre. Se trata de un país sin ley, donde impera la del más fuerte. Y el más fuerte es quien tiene las armas. Y el que tiene las armas es el Gobierno, a través del Ejército, cuyos mandos más modestos se están echando fuera de él ante la inseguridad que viven ellos y sus familias. Los otros, las llamadas “gorras grandes”, se encuentran bien pertrechadas, bien alimentadas y bien atrincheradas. Pero los que duermen fuera de los cuarteles están expuestos a los peligros del país más inseguro del mundo. Supongo que Rivera sabrá ya todo esto.

3.- Por cierto, y sigo con Venezuela, hay quien dice que Lilian TIntoti, la esposa de Leopoldo López, será la candidata ideal de la MUD (Mesa de la Unidad Nacional) en unas próximas elecciones. Los partidos que integran la MUD barajan esta posibilidad, así que veremos si se confirma esta interesante candidatura de una mujer valiente que ha preferido quedarse en Venezuela con sus hijos pequeños mientras su esposo está preso, en condiciones infrahumanas, en el presidio militar de Ramo Verde. A ver.

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