viernes. 19.04.2024

Mario Pérez Hernández

Han pasado ya más de cuarenta años desde que por primera vez se reivindicó la tricolor con siete estrellas como bandera de Canarias. Desde aquel 22 de Octubre de 1964 de su primera proclama histórica como principal seña de identidad de los canarios hasta hoy, todos coincidiremos en concluir que muchas cosas han ocurrido en Canarias, en España y en el mundo. Canarias goza de un amplio nivel de autogobierno y aunque para muchos aún queda un trecho importante por recorrer, ya no se ejerce sobre ella el trato colonial de ayer. España, por otra parte, avanza hacia una vertebración territorial y política más respetuosa con las particularidades y señas de identidad de los pueblos que conforman en la actualidad su realidad como Estado. El escenario internacional, finalmente, se mueve bajo parámetros menos encorsetados, más globalizados, más intercomunicados, aunque no por ello, desgraciadamente, menos convulsos e injustos. En esos contextos se mueve la Canarias del siglo XXI, la Canarias que ha querido y quiere profundizar más en su autogobierno para ser y contar en esa nueva Europa y en este nuevo mundo.

Es cierto que, para la mayoría de los canarios, poner solución a sus problemas cotidianos sigue siendo su principal fuente de preocupación y reivindicación. Ya lo era antes de conseguir nuestras primeras competencias autonómicas y lo seguirá siendo después de que logremos poner en marcha las que contempla el nuevo estatuto a aprobar por las cortes generales en breve. Pero tal vez para un segmento importante de nuestra población le sea complicado visualizar la estrecha relación que existe entre las conquistas de autogobierno que se han ido haciendo desde 1982 y esos mejores indicadores de calidad de vida de hoy. Y tan cierto como real es que ‘otro' habría sido el balance final si, además, una fuerza política nacionalista como Coalición Canaria no hubiera estado al frente y en la defensa de ese autogobierno durante la última década. Nacionalismo canario, autogobierno y mayor bienestar han sido y seguirán siendo ejes de una misma realidad pese a que otros quieran negarlo o distorsionarlo.

Las conquistas y avances cosechados por Canarias durante estos años de ejercicio del autogobierno son patrimonio de todos los canarios pero, indudablemente, aquellos que nos identificamos como nacionalistas hemos tenido que hacer un doble esfuerzo para romper con los complejos, los recelos y las miopías que aquí y en Madrid siempre han suscitado las reivindicaciones canarias. Hoy esas mezquindades se vuelven a escenificar en forma de negación total a que la bandera que más popularmente es reconocida como tal por los canarios sea ratificada/designada oficialmente en el estatuto como bandera de Canarias. Hoy volvemos a oír los viejos tópicos de que no es un tema relevante, pero al tiempo se escenifican guiños insularistas con mástiles de 50 metros más uno y más de 300 mil euros de presupuesto. Hoy volvemos a oír los trasnochados desprecios a un símbolo inequívoco de la canariedad relacionándolo sólo con el independentismo, mientras en otras latitudes se está dispuesto incluso a liberar presos y formar mesas de negociación junto a organizaciones que predican reivindicaciones parecidas en su fondo a aquellas que en 1964 se hacían desde Argel.

Hoy la bandera tricolor con las siete estrellas verdes es un símbolo reconocido y muy extendido en el seno de la sociedad canaria. Ya no representa exclusivamente a quienes legítimamente están en su derecho a pensar en que la independencia puede ser una solución política para Canarias. Hoy es un símbolo reconocido por partidos de distinta orientación, por colectivos de todo ámbito y ciudadanos de toda condición en todo el archipiélago. Algunos tendrán que reconocer que dice mucho que la actual bandera institucional sólo sea enarbolada en actos oficiales y poco más, mientras que la que históricamente le precede y cuenta con apoyo mayoritario sí forme parte del paisaje social y de los lugares de encuentro de los canarios en todas las islas y fuera de ellas.

El autogobierno ha sido la bandera de progreso y bienestar que ha permitido a los ciudadanos de este país canario avanzar en calidad a través de sus proyectos de vida individual y colectiva. Hagamos de la bandera que mejor representa el camino hacia el autogobierno un símbolo más para nuestro encuentro con un futuro mejor, a la par que un patrimonio de todos los canarios sin distinción. Será el mejor y más merecido homenaje que se le pueda hacer a nuestra bandera.

AUTOGOBIERNO POR BANDERA
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