miércoles. 24.04.2024

Por Cándido Marquesán Millán

Instaurada en España la democracia, régimen político excepcional en nuestra ajetreada historia, se han sucedido al frente del Gobierno: Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y el actual, José Luís Rodríguez Zapatero. Todos ellos se han visto sometidos, lo que entra dentro de la normalidad democrática, a críticas por parte de los partidos de la oposición, de determinados medios de comunicación y también desde dentro de sus propias formaciones políticas.

Cabe recordar el acoso implacable que sufrió Suárez, antes de su dimisión en febrero de 1981, por parte de la oposición socialista, más incluso que la del PCE, y la puñalada que sufrió por la espalda de ciertos sectores de la UCD. Calvo-Sotelo sufrió un cerco inmisericorde de toda la izquierda española, al meter España en la OTAN. Y al aprobar una Ley de Divorcio, que terminó de romper a su partido en mil pedazos, movilizó en su contra a la jerarquía católica.

Felipe González también se vio acosado de una manera implacable. La reconversión industrial, el recorte de las pensiones o la flexibilización del mercado de trabajo provocaron un enfrentamiento con los sindicatos, incluida la la UGT., que lideraba su antiguo colaborador Nicolás Redondo, que se saldó con dos huelgas generales de 1988 y 1994. En 1993, después de que, contra todo pronóstico Felipe González ganara las elecciones generales por casi un millón de votos, un nutrido grupo de periódicos diseñó una estrategia para erosionarle y acabar con él, para ello crearon un clima de crispación, buscando entre los trapos sucios de cualquier persona relacionada con el partido socialista, e inmediatamente implicarle directamente. Participó obviamente el PP, sobre todo con Álvarez Casos y grupos financieros afines a la derecha española, interesados en que Aznar llegase al poder. Y también Izquierda Unida, ya que Julio Anguita, creía necesaria la caída de González para convertir a I.U. en el partido de izquierdas dominante.

José Maria Aznar se vio sometido sobre todo a finales de su segunda legislatura a un acoso continuo por parte de la oposición, determinados poderes mediáticos, así como amplios sectores de la sociedad civil por la guerra de Irak, el Prestige y el accidente del YAK-42. Además de los acontecimientos de los días posteriores al atentado del 11-M. Tuvo que soportar, en junio de 2002 una huelga general, por la supresión de los derechos laborales y al recorte de las prestaciones por desempleo, según la UGT.

Por último José Luís Rodríguez Zapatero, desde el primer día que llegó al poder, se ha visto sometido a un acoso sin precedentes en nuestra reciente democracia por parte de la oposición, importantes medios de comunicación e instituciones poderosas. En su primera legislatura, yendo la economía a toda máquina, se negaron a aceptar la legitimidad de su gobierno- con la teoría de la conspiración-; usaron el terrorismo de ETA- acusando de traicionar a los muertos-; el Estatuto de Cataluña- se rompe España- ; la Memoria Histórica- se interrumpe el consenso de la Transición-; su política social: matrimonio de los homosexuales, el divorcioexpress- se rompe la familia-. Si ya la crítica fue dura por el fondo, todavía lo fue más por las formas. Dudo mucho que haya habido en nuestra historia un jefe de gobierno que haya sufrido más duros calificativos. Juan José Millas los ha recogido: inconsciente, inútil, incapaz, acomplejado, cobarde, prepotente, mentiroso, inestable, desleal, perezoso, pardillo, revanchista, débil, sectario, radical, chisgarabís, maniobrero, indecente, loco, hooligan, propagandista, visionario, chapucero, excéntrico, estafador, agitador, fracaso, mendigo de treguas, traidor a los muertos. Mas yo añadiría otro, que me impactó verlo en una pancarta de una manifestación: Anticristo.

En su segunda legislatura, sus opositores han hecho hincapié en la crisis y el paro. Allí donde pueden hacer más daño. La novedad consiste en que ya comienza a ser cuestionado desde su propio partido. El tono en cuanto a dureza se incrementa. Podemos constatarlo en cualquier editorial de esa prensa opositora. Ahí va un pequeño fragmento elegido al azar, mientras estoy redactando este artículo: Creo que entre tanto despropósito como hemos sufrido en los últimos cinco años triunfales del vallisoletano leonés, mitad nieto franquista, mitad nieto Lozano -aquel militar fusilable a ambos lados de la trinchera-, bueno con infinito merengue retórico en sus intenciones, desastrosamente ruin, vago y calamitoso en sus resultados…Era cuestión de justicia que tarde o temprano -ha sido bastante tarde- acabara autodestruyéndose él con su mezcla de violenta arrogancia, desequilibrio general y desorden total en su propia melopea de ideas improvisadas. ... Matar políticamente no le es ajeno, vive Dios, y lo hace con mucha parsimonia y eficacia. Toda su biografía política está sembrada de cadáveres. Muchos de los cuales, por cierto y gracias a Dios, gozan de excelente salud al haberse escapado al entorno tóxico y políticamente perverso del gran Timonel, polito excelso de la mentira. …

Ni siquiera respetan el hecho de su acceso a la presidencia europea, aunque ello suponga desacreditarlo fuera de nuestras fronteras. Cualquier medio es válido. Viene muy a cuento al respecto, lo que Azaña hizo decir a Garcés en La Velada de Benicarló: Por desgracia, superamos a todos en el humor suicida de nuestra cólera. Otros pueblos ambiciosos o semibárbaros dirigen su furor contra el extranjero. España es el único país que se clava su propio aguijón. Quizá el enemigo de un español es otro español.

Y no es lo que ha llovido hasta ahora. Lo que vendrá en un futuro próximo, será de órdago. Se ha abierto la veda.

A por Zapatero
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