viernes. 19.04.2024

Frente a la parálisis perenne de las autoridades políticas, si las hubiera o hubiese, ante el colapso de Arrecife por las lluvias, contrasta la celeridad delante del ordenador o del móvil de los ciudadanos que sufren y pagan a esa casta que nos avergüenza a todos (no debe ser casualidad que en Arrecife sea mayor el número de abstencionistas que el de votantes de esos cartuchos quemados).

Contra la falta de alertas a la población por parte institucional, los mil y un avisos bienintencionados de quienes mantienen y pagan esas instituciones interactuando con la última tecnología. A falta de red pluvial que funcione en Argana, pese a las mil y una promesas en falso, las redes sociales haciendo el trabajo de información, aviso y prevención que otros que cobran por ello del bolsillo ciudadano vinieron a hacer luego tarde y mal. A buenas horas mangas verdes. A conejo ido, palos a la madriguera. A burro muerto, cebada al rabo.

No más se habían producido los primeros problemas generados por la lluvia, en unos minutos ya hervía la maraña de la gran red social (Facebook para los amigos, nunca mejor dicho, y demás personas piadosas), con algunas páginas especialmente activas en ella como Lanzarotelandia Puntocom o Isla Sin Corrupción, que colgaban al instante en sus respectivos muros comentarios, fotografías o vídeos de lo que estaba sucediendo casi en directo, a modo de aviso a navegantes. La segunda de las citadas páginas se preguntaba, por ejemplo, “¿Cómo puede ser que algo tan beneficioso para toda la isla como es la lluvia, de la que tan necesitados estábamos después de un año de total sequía, genere siempre un auténtico caos e incontables pérdidas en Arrecife a poco que caigan cuatro gotas? ¿Cómo se entiende que con tanto cargo público y tanto Gabinete de Prensa pagados por los ciudadanos –no por los partidos políticos- no se escuchara ni una voz ni una recomendación previa a la ciudadanía por parte de ningún político o institución pública? Las respuestas las tienen los políticos, o deberían tenerlas, pues para eso les pagamos esos sueldazos que se autoadjudican tan alegremente para luego no estar nunca donde tienen que estar y cuando tienen que estar”. De igual manera, se recordaba en otro comentario que “dos de los más recientes directores generales de Aguas del Gobierno de Canarias han sido lanzaroteños: Mariano de León y Orlando Umpiérrez, ambos de Coalición Canaria. Pues menos mal. ¿Nos han servido para algo?”. Las respuestas quedan en el viento de los alisios.

Ante la inacción de los que sí cobran por hacer algo más que promesas, la acción de los que lo hacen por amor al arte (hay mucho arte, de hecho, en alguno de esos montajes o comentarios en la red social).

Los abanderados de boquilla de las energías renovables, también conocidos como políticos que prometen redes pluviales que nunca llegan a los ninguneados vecinos de Argana Alta y aledaños, temen y odian la lluvia a partes iguales porque las cuatro gotas de costumbre revientan en minutos la caos-pital conejera y los señalan a ellos con su acusador y húmedo dedo (con perdón).

Son tus servidores públicos, pero no se han enterado. Son tus empleados, pero no se han dado por aludidos. Fíjate cómo te hablan, mirándote por encima del hombro, perdonándote la vida.

Ante la reiterada indignidad política, ¡vota por tu dignidad: abstente de votar! Es la única bofetada que les duele, la que les das sin menos. Prueba y verás. (miguelangeldeleon.blogspot.com).

A falta de red pluvial, red social
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