sábado. 20.04.2024

En la semana de la conmemoración del quinto aniversario del atentado contra Estados Unidos, el grupo de bomberos de Nueva York era su principal rival, pero los 60 años de trabajo de UNICEF y su carácter eminentemente voluntario han supuesto los factores determinantes para obtener el galardón

UNICEF está todavía celebrando el honor que ha supuesto para ellos haberse erigido con el premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Los sesenta años de apoyo a la infancia han sido, sin duda, un factor clave a la hora de ponerse por delante del que muchos pensaban, dadas las fechas en las que estamos, que era su principal rival, los bomberos de Nueva Cork.

Nereida Castro es la presidenta de la organización de Canarias y asegura que “todos nosotros hemos recibido una alegría tremenda con este galardón, a pesar que de reconozco que teníamos la esperanza de conseguirlo”. Comenta que efectivamente, estando en la semana de la conmemoración del quinto aniversario del atentado contra Estados Unidos, el grupo de bomberos de la ciudad de los rascacielos eran el rival a temer ya que habría sido lógico y merecido que también ellos hubieran obtenido este premio.

“Una de las razones que creo que más ha influido, a parte de los 60 años de trabajo, es que el 80% del trabajo que llevamos a cabo en pro de la infancia es realizado por parte de voluntarios”, asevera.

El Príncipe de Asturias de la Concordia supone una dotación económica de 50.000 euros pero Castro valora más el reconocimiento público y la aportación de la sociedad que permite que UNICEF actúe en 159 países. Por eso, considera que “el premio no es sólo para nosotros, es para todos los que han permitido que podamos estar haciendo nuestro trabajo por todo el mundo”.

Para cualquier organización de ayuda humanitaria, como es el caso de UNICEF, el dinero siempre es un bien escaso ya que todos los días se producen situaciones de emergencia en las que es necesario invertir una gran cantidad de fondos económicos. Ahora mismo, el reto es trabajar en condiciones dignas en Líbano. Por ello, comenta “la recaudación que podemos conseguir siempre es poca”.

UNICEF ha formado un grupo de trabajo junto al Gobierno de Canarias para poder ocuparse de los niños procedentes de África que están llegando estos días de forma masiva y en condiciones infrahumanas en pateras y cayucos. Hay que tener en cuenta que los menores canarios tienen sus necesidades completamente cubiertas y el único trabajo que se puede hacer con ellos es llevar a cabo campañas de sensibilización para que se den cuenta de lo afortunados que son.

Por ello, UNICEF centra su actividad en el Archipiélago en esas tareas de sensibilización y de recaudación en colegios y universidades ya que dada la sociedad de bienestar en la que vivimos, la actividad asistencial no tendría mucho sentido.

Tarjetas de felicitación

La organización lleva trabajando en Canarias desde el año 1972, que es cuando se fundó el comité en Las Palmas y en 1975 en Tenerife. Obviamente, los objetivos han cambiado mucho desde esa década. En un primer momento, lo que se buscó fue organizar un grupo de recaudación, llevada a cabo a través de las entrañables y ya famosas tarjetas de felicitación que han llevado el nombre de UNICEF por todo el mundo.

El balance de estos más de treinta años trabajando en Canarias ha sido, en opinión de Castro, “precioso porque hemos consolidado una gran familia”. Ella es actualmente la séptima presidenta del comité de Las Palmas y cree que todas sus antecesoras han conseguido hacerse con el cariño de la sociedad canaria.

“Somos muy discretos en cuanto a personal contratado”, dice con modestia la presidenta de la organización en las Islas y explica que sólo hay tres trabajadores que cobran su sueldo de la institución más un técnico aportado por el Gobierno regional. Sin embargo, la carencia de trabajadores la suplen con creces con los cerca de 90 voluntarios que aportan su pequeño granito de arena en las necesidades que se van generando. Hay que tener en cuenta que el propio carácter de UNICEF, dependiente de la ONU, le imposibilita para hacer una recaudación de subvenciones del Gobierno Canario. No obstante, eso no supone que Ayuntamientos o Cabildos no puedan erigirse como socios de UNICEF y realicen los pagos de las cuotas anuales como cualquier persona individual.

Lanzarote, asignatura pendiente

“Nuestra asignatura pendiente es tener un comité en Lanzarote”, comenta Nereida Castro ya que como explica, “aunque hay personas que colaboran con nosotros puntualmente, nos gustaría tener una sede permanente”.

Así que, de momento, la única posibilidad que tienen los conejeros de participar en los proyectos de UNICEF es convirtiéndose en socios, algo que supone una garantía y tranquilidad para la organización, ya que así pueden disponer de unos recursos económicos concretos y seguros durante todo el año.

La cantidad que se suele aportar es de 60 euros anuales pero la presidenta de UNICEF en Canarias quiere dejar claro que cualquier ayuda es buena y que si hay alguien que no puede llegar a esta cifra, también será bien recibido en la organización.

A UNICEF Canarias le gustaría celebrar el Príncipe de Asturias estableciéndose en...
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