Por Andrés Chaves
1.- Me dice un poli amigo mío, un pasma, que la investigación sobre Las Teresitas va por ocho millones de euros. No sé qué ha computado mi pana el madero, si los sueldos de sabuesos, jueces y fiscales, si los viajes, las rogatorias, si los medios en general, si qué. Pero este hombre, que me suele dar buenas informaciones, no titubea y añade que un senador o un diputado canario deberían preguntar al señor ministro de La Cosa qué hace un sumario declarado secreto durante más de dos años, si la investigación es tan compleja, si qué; o sea. Bueno, uno sabe que los pasillos de la justicia son estrechos y eso, pero, la verdad, servidor se pregunta lo mismo y es lego en materia judicial. Mi abuelo siempre quiso que yo estudiara derecho; y empecé en eso; y mis dos hijas son abogadas; a mi abuelo logré convencerlo para que, puesto a convertirme en un humanista, mejor sería hacerlo por la vía de los plumillas de crónica fácil y prosa audaz. Y aquí estoy. Una de mis hijas se conduce por la carrera judicial y la otra por la de registros. Si esta última saca la oposición, juro que me pondré unas pantuflas de cuadritos y le iré a hacer los mandados, planchando, tan primorosamente como planchan los pies los jubiletas. Al juzgado no podré acudir con semejante atuendo podológico porque allí no admiten sino a los iniciados, a los imputados, a los testigos y a la carne del talego.
2.- Pero ocho millones de euros son muchos euros; y el madero añade: "Me quedo corto, a lo peor". Los polis, sobre todo los polis amigos, gozan dándole a uno noticias con impacto. Ellos viven de la épica y son un pelín exagerados, por regla general. Yo les tengo cierta simpatía, sin pasarme. Fíjense que ahora voy a entrevistar a Soria, el jueves, en la tele autonómica, con tres o cuatro más del gremio. Y le preguntaré, cómo no, por la chorrada del salmón noruego ese que le quieren meter por retambufa sus acusadores. Soria es un tipo elegante y con un puntito mala leche, así que la entrevista puede resultar. Aquí hasta un salmón vale para desacreditar a un hombre que destaca, sobre todo si es de ideas opuestas a los que mandan en España. Cuando Zapinocho se tenga que marchar, víctima de sus trolas, todos los que ahora acusan se convertirán en acusados. No olviden que el inmortal Borges dijo que la democracia era -y es- un abuso de la estadística.
3.- Ahora que la crisis nos ahoga, no pierdan de vista a la previsión: 25% de parados para marzo, en estas ínsulas. Las instituciones financieras (con alguna excepción) siguen paralizadas y las organizaciones empresariales tocan la campana de bomberos, pero Zapinocho no les escucha: sólo pone cara de que él no fue cuando un cura le pregunta sobre el aborto en esa cosa de TVE. Estamos gastando los últimos cartuchos de optimismo y hasta don Emilio pierde la calma e insulta a sus viejos accionistas. De tal palo.