viernes. 29.03.2024

Este jueves, día 13 de diciembre de 2007, festividad de Santa Lucía -ya saben, patrona de los ciegos-, se producía un acontecimiento que para muchos ha pasado desapercibido. No para nosotros. El decano de la prensa de Lanzarote, Agustín Acosta Cruz, cumplía nada más y nada menos que cuatro décadas al frente del programa matutino con el que se despierta una sociedad tan acostumbrada a su voz como acostumbrada está a la sombra de los volcanes. Como bien recordó él durante su programa de este jueves, su particular “despertador”, esos 40 años de radio sólo fueron interrumpidos durante cuatro meses por causas que ni él ha querido explicar ni nosotros vamos a exponer ahora, causas ajenas a su inquebrantable voluntad y que en esta tierra ya todo el mundo conoce. Porque la verdad sólo tiene un camino, que es el que ha seguido siempre el fundador de este periódico. Por eso, porque es el fundador de este periódico y cualquiera podría pensar que estamos perdiendo el carácter puñetero de la sección del Zurriagazo, no nos vamos a extender con los merecidos halagos al profesional que junto a Luís del Olmo más tiempo lleva en la radio española. Se dice pronto, 40 años. Cuesta mucho, lo sabemos. Y cuesta sobre todo el ser constante, el no fallar a la audiencia, el anteponer la obligación ante cualquier devoción, y ante cualquiera de las muchas tentaciones que siempre se presentan delante de aquel que consigue tener influencia, que tiene una audiencia fiel, que se lo ha demostrado volviendo a hacerle líder de las mañanas con su nuevo proyecto. Muchos lo aplauden, algunos lo critican, aunque jamás ha pasado desapercibido, y jamás nadie ha podido poner en duda su increíble constancia. Ahí sigue cada día, en el mismo lugar donde comenzó hace ahora 40 años, y nos jura y perjura que piensa seguir otros muchos años más. Eso, aunque a algunos les fastidie. Enhorabuena, Agustín. Es un ejemplo que aquellos que empiezan deberían imitar. Esta profesión es para los corredores de fondo, no para los velocistas.

40 AÑOS EN LAS ONDAS
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